De Gea permite a Mourinho salir vivo en su duelo con Klopp

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De Gea se estira para detener el disparo de Can. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El encuentro que parecía llamado a ser un duelo de pizarras entre Jurgen Klopp y José Mourinho acabó por tener un protagonista inesperado… relativamente. David De Gea salvó –una vez más– al Manchester United de caer derrotado en Anfield Road frente al Liverpool con una actuación de absoluta élite en la que destacaron dos paradas que no están a la altura de prácticamente ningún portero en el mundo.

El cancerbero español permitió al Manchester de Mourinho marcharse de Liverpool con un empate (0-0), que no le permite reducir diferencias con sus rivales en la lucha por el título pero del que deben estar muy orgullosos, ya que su rival en el día de hoy fue superior, al menos en la claridad de oportunidades, dentro de un encuentro de nivel escaso para hablar de dos de las mejores plantillas de la Premier League.

Ni Klopp ni Mou tomaron decisiones arriesgadas en sus planteamientos, y el encuentro tomo un ritmo lento, de especulación y miedo al error, en el que ambas defensas parecían no querer descolocarse ni abrir ninguna puerta al rival, que se encontraba en el mismo estado de congelación. La primera parte siguió ese curso, y de nada sirvió la nueva posición de Paul Pogba, que volvió a demostrar que le falta aún adaptación a la Premier, esta vez como mediapunta en el clásico 4-2-3-1 de su técnico.

El mismo sistema fue el elegido por Klopp, cuyo equipo aglutinó algo más de protagonismo ofensivo, pero insuficiente ante el entramado del United, que no permitía a los Sturridge, Coutinho y compañía, correr con eficacia.

De Gea, verdugo de Anfield

La segunda mitad prometía una tónica similar, con mayor protagonismo del Liverpool, que comenzó a transformar su dominio en oportunidades, y estas en frustración, debido a la primera gran parada de De Gea, que haciendo gala de unos reflejos monstruosos, impedía el primer tanto de Emre Can.

Minutos después, en el 71, Coutinho lograba enganchar un disparo marca de la casa desde fuera del área que parecía tener a la escuadra como destinatario obligado. Sin embargo, y cuando los miles de aficionados reunidos en Anfield ya cantaban el gol, apareció la mano, cambiada, de David de Gea, para volver a frustrar el inicio de la victoria red, que realmente nunca llegó, fruto de la desesperación, el aguante del Manchester, y sobre todo, de una nueva actuación sobrenatural del que es sin ninguna duda uno de los mejores porteros del mundo. 

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