Sin ayudas no hay fiesta

Neymar fue el único jugador del Barcelona que tuvo fiesta este domingo. El resto, los disponibles para Luis Enrique, sufrieron una tortura en Riazor que acabó en una derrota que destapa una vez más las carencias de un equipo que sin ayudas arbitrales, no es capaz de brillar, golear y en este caso, ni siquiera sumar un punto.

Fernández Borbalán tomaba el testigo de Deniz Aytekin como colegiado en un partido de los azulgrana y lo cierto es que, a pesar de varias acciones protestadas –con razón– por el Deportivo, cumplió con el cometido y la justicia que debe emplear. Al contrario que el alemán, el polémico árbitro andaluz no se amedrentó ante la necesidad del Barcelona y dio validez al segundo gol local, obra de un Bergantiños que se elevó superando de manera limpia a Jordi Alba, a pesar de las protestas culés.

Dos acciones pudieron tornar esta actuación de aprobado en una nueva ayuda para los culés, pero Luis Suárez no pudo con Lux en un remate realizado en clara posición de fuera de juego y Joselu no pudo avanzar hacia portería en la primera mitad en una acción invalidada por el linier a pesar de que el canterano del Real Madrid se encontraba habilitado por la defensa rival.

No hubo penalti en contra ni tampoco expulsión, pero para un equipo como el Barcelona, acostumbrado a contar con ayudas arbitrales de forma habitual, no tener los ruedines que suponen estos favores le hicieron caer en su camino de líder en Riazor.