REAL MADRID 2-2 VALENCIA: JORNADA 2 DE LIGA

Con Asensio sólo no basta

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Asensio marca el 1-0 para el Real Madrid. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Con Asensio sólo no basta. El Real Madrid, en un partido atascado y enmarañado por el planteamiento táctico de Marcelino, no tuvo la puntería necesaria para convertir en gol su innumerable cúmulo de ocasiones. Sólo el doblete de Marco permitió al equipo de Zidane salvar al menos un punto en un duelo que se le había puesto 1-2 a falta de diez minutos del final.

Zidane cosía su defensa con Casemiro, que igual vale para un roto que para un descosido, como central de guardia formando pareja con Nacho. En los laterales móviles pero inamovibles Carvajal y Marcelo. Por delante, Zizou ponía un mediocampo plagado de toque y talento. Kroos, Modric, Isco y Asensio. Casi nada al aparato, oiga. Kovacic, aún exhausto de sus dos palizas contra el Barça, guardadito en el banquillo para una emergencia. Arriba, en lo que vuelve Cristiano de su exilio obligado, repetían Bale y Benzema.

Era un once para vencer y convencer. Y para divertir también. Enfrente un Valencia made in Marcelino, un entrenador ideal para reconstruir un equipo con una preocupante tendencia a la autodestrucción.

Salió el Real Madrid en su modo ciclón veraniego: presión alta, toques precisos y rápidos y ataques en desbandada. Resistía el Valencia, bien pertrechado atrás, ordenadas las líneas, muy en el estilo de un ordenador con sello propio. Era un partido para que los de Zidane tuvieran paciencia.

Asensio se adelanta, Soler iguala

Pero con Asensio no hace falta paciencia. Marco necesita muy poco para hacer un gol. Corría el minuto 10 y el mallorquín recogió una pelota tonta perdida por Kondogbia en ninguna parte. Dividió, aceleró, se plantó en el área y batió a Neto sin pensárselo dos veces. Lo hizo fácil. Lo hizo como una jugada de la Play Station. Lo hizo como John Nieve ensarta a un caminante blanco. Fue un gol de futuro Balón de Oro. Un gol de un futbolista que está llamado a dominar el fútbol español y quién sabe si el mundial en la próxima década.

Con Asensio desatado y el marcador viento en popa, el Real Madrid se durmió en su propio fútbol. Se estiró el Valencia y consiguió el empate en una jugada entre Gayá y Lato, que cogió en bolas la espalda de Carvajal, la puso al área y allí Carlos Soler, solo entre Casemiro y Nacho y sin que Marcelo le siguiera, batió a Keylor Navas casi dentro del área pequeña.

Respondió el Real Madrid con una pared entre Bale y Benzema que el francés acabó estrellando contra el lateral de la red. Los blancos se habían visto con el partido ya ganado y ahora les tocaba volver a empezar. Se lo creía el Valencia y por momentos dominaba el duelo ante un campeón que sesteaba y no eran horas.

A los blancos les costaba encontrar caminos entre la maraña táctica planteada por Marcelino. Isco aún no había frotado la lámpara y ni Marcelo ni Carvajal eran capaces de dar amplitud suficiente al campo como para que el Real Madrid fuera ancho para lograr ser profundo.

Atasco en la capital

Una contra en el 35 dejó a Benzema solito delante de Neto. El francés disparó raso y cruzado, pero Neto metió una mano salvadora que evitó el gol del Real Madrid. Esas son las cosas de Karim que desesperan al Bernabéu y que con Cristiano Ronaldo suelen acabar con un final mucho más feliz.

Y en el 40 la tuvo Isco, pero se empeñó en regatear hasta su sombra y de tanto amago se acabó cayendo de maduro. Quizá es que no se puede meter siempre el gol de Maradona. Rondaba el Real Madrid el gol, también Benzema a medio metro en el 43, aunque su juego era a veces deslabazado. Y la volvió a fallar en el 44 Karim para desespero del Bernabéu después de un centro medido de Kroos. El runrún contra el francés ya empezaba a convertirse en pitos.

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Benzema cabecea fuera. (AFP)

Al descanso Zidane cambió de planes. Sacó del campo a un desaparecido Isco y metió a Kovacic para insuflar oxígeno a un mediocampo apagado. La presencia del croata permitía a Kroos y Modric descolgarse un poco más cerca del área de Neto. Al filo del 50 rondó el gol Casemiro con un disparo lejano que se le escapó al meta valencianista por debajo del sobaquillo.

Aprieta el Madrid

El Real Madrid acosaba al Valencia, ya descaradamente apostando por la táctica del murciélago, que le venía al pelo. Benzema seguía peleado con el gol por muchos balones que le pusieran, que se los estaban poniendo. Modric en el 55 también se sumaba al carrusel de ocasiones falladas por los de Zidane. El gol podía (y debía) caer en cualquier momento. Pero no caía. De momento.

Bale también tenía el punto de mira desviado. Respiraba Marcelino, pero su equipo ya sólo era un frontón defensivo. El Real Madrid empezaba a jugar contrarreloj y el Bernabéu se ponía nervioso. La tuvo también el Valencia pasado el minuto 60 en un cabezazo de Murillo que encogió el cuello y picó arriba un centro peligroso.

El Bernabéu se estaba hartando de la falta de puntería de sus delanteros y miraba especialmente a Bale y Benzema, dispuestos a fallar cuanto pasaba por sus pies. O por su cabeza. También Neto seguía metiendo manos cuando el Valencia más lo necesitaba. En el 72 fue Keylor el que sacó un disparo de falta de Parejo que iba para dentro.

Y en el 73 Zidane se decidió a sacar del campo a Bale, que se llevó un pitadón del Bernabéu, para meter a Lucas Vázquez. El Real Madrid empezaba a desajustarse del todo. Los laterales no bajaban, todos querían ser delanteros y el equipo de Zidane era una fiesta de la espuma.

Kondogbia… y otra vez Asensio

Y llegó Kondogbia para terminar de aguar la fiesta en pleno desbarajuste blanco. Rodrigo bajó la pelota larga, prolongó para Kondogbia, que llegaba solo de segunda línea e hizo el 1-2 en pleno plebiscito en el Bernabéu. Pero el Real Madrid tiene un tesoro con Marco Asensio, que sacó petróleo de una falta en la frontal con su segundo gol. Neto quiso tapar el palo de la barrera y dio un pasito fatídico para encajar el tanto.

Al Real Madrid le quedaban seis minutos y la prolongación para tirar de la épica. Pero no estaba Cristiano ni tampoco Sergio Ramos, que siempre aparece en esos minutos del infarto. Pero no Benzema, que falló su sexta ocasión del partido, y se convirtió en el nuevo Pipita.

Y la volvió a tener Karim en el 91. Su cabezazo esta vez fue bueno, pero entre Neto y el palo evitaron el tanto del Real Madrid. Y ahí se acabaron las opciones del Madrid, que acumuló ocasión tras ocasión, pero acabó enredado en la táctica del murciélago víctima de su propia falta de puntería.

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