A Zidane no le salen los experimentos

REAL MADRID
Zidane, pensativo en un partido de Liga. (EFE

Ataque de entrenador. Dícese de la decisión inesperada de un técnico de improvisar una alineación en determinados partidos, colocando a un jugador en una posición que no es la habitual para él -o bien cambiando el sistema- con el objetivo de sorprender al rival. Pues bien, a Zinedine Zidane ya le han dado dos en diez días por diferentes motivos.

En la primera ocasión, el Real Madrid visitaba de nuevo el Sánchez Pizjúan de un Sevilla al que había eliminado de la Copa del Rey hacía tan sólo unas horas en su mismo estadio. El olor a revancha se respiraba en el ambiente, motivado más por la celebración de Sergio Ramos a los ultras hispalenses que por el K.O.

Una hora antes del comienzo del partido -cómo suele ser habitual-, Zizou facilitó la alineación. En la misma sorprendía la presencia de hasta tres centrales (Nacho, Varane y el propio Ramos) y dos carrileros como Carvajal y Marcelo.

Aunque se llegó a especular con que Nacho ocupara el flanco izquierdo -como ya había hecho en alguna que otra ocasión dada su condición de multiusos en defensa- desplazando a Marcelo a la delantera junto a Benzema y Cristiano, finalmente el 3-5-2 era el esquema utilizado por el francés.

El experimento funcionó durante los 85 minutos en los que el conjunto blanco estuvo por delante en el marcador. Después, una serie de catastróficas desdichas que incluyó un autogol del propio capitán madridista antes de poner fin a la racha de 40 partidos sin perder, sacó a los críticas a pasear por su primer importante ataque de entrenador sin apenas bajas.

La plaga en defensa, clave en Balaídos

Diez días después se iba a repetir la misma historia con distintos protagonistas y por diferentes causas. Zidane llegaba a Balaídos con la difícil premisa de remontar la eliminatoria al Celta (1-2 en la ida), con el añadido de tener una defensa en cuadro tras las anteriores lesiones de Carvajal y Marcelo, y el supuesto descanso para Varane en este partido.

Las molestias de Danilo y la baja forma de Coentrao obligaban al técnico francés tirar de una cantera que bien conocía cuándo era entrenador del Real Madrid Castilla hace poco más de un año. Achraf era el encargado de completar la defensa de una lista que tan sólo tenía cinco jugadores en esa posición, por lo que hacía prever alguna sorpresa.

Y la hubo. Casemiro salió de central en una zaga que parecía de cuatro respaldado por Sergio Ramos en el eje central, y Nacho y Danilo en los laterales (4-4-2). Sin embargo, eso sólo era en defensa, ya que Zizou volvió a utilizar este 3-5-2 con Casemiro sólo como defensa acompañado por Ramos y Nacho, prácticamente carrileros -desplazando a Danilo más arriba en determinadas ocasiones.

El ataque de entrenador o experimento le volvió a salir mal aunque en los casos anteriores -más disimulados-le funcionó como el poner a Lucas Vázquez de interior o lateral derecho.

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