COPA DEL REY: REAL MADRID 6-1 CULTURAL

Mariano Ronaldo

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Mariano celebra uno de los goles ante la Cultural. (EFE)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Mariano Díaz se vistió de Cristiano y fue Mariano Ronaldo. El hispano-dominicano, un martillo pilón en el área, fue el protagonista del duelo copero ante la Cultural, que tuvo al joven Odegaard en plan estelar. El noruego templó, mandó y se gustó como un torero de hielo y sin montera. Reapareció Casemiro, sin miedo a chocar pero algo falto de ritmo y por marcar, marcó hasta Enzo en el nombre del padre.

Rotaba Zidane, sí, pero con un once que era como la nueva novia de Cristiano Ronaldo: imponente. Ahí estaban tipos que serán titulares en el Camp Nou como Carvajal e Isco, más otro que puede serlo como Pepe. También jugaban James o Asensio, dispuestos a demostrar que necesitan más líneas de texto en su papel en el Real Madrid. Y estaba Nacho, a quien la camiseta blanca le sienta como unos leggins a una tronista.

Odegaard, la gran esperanza blanca, y Tejero, un lateral de largo recorrido como el Talgo, eran las únicas concesiones que Zizou daba al Castilla. Ni siquiera su hijo era titular. Estaba también Mariano, dispuesto a someterse desde el principio a la investidura del Bernabéu. Ah, y estaba Casemiro, esperado, deseado y añorado, después de más de dos meses fuera del equipo por lesión. Sobre sus espaldas, todos los ojos del Bernabéu y especialmente dos: los de Zidane.

Ni 20 segundos habían pasado de partido y el Real Madrid marcó el primero. Una buena presión de Asensio provocó el robo a Iván Garrido, se hizo el autopase y la puso al área para que Mariano, a un solo toque en plan Hugo Sánchez, lograra el 1-0. Al dominicano se le caen los goles, pero tiene tantos cracks por delante que da un poco de rabia ver los pocos minutos que tiene en el equipo de Zidane.

El gol espoleó a la Cultural, de fucsia como el chándal de Belén Esteban, que se echó arriba sin nada que perder ni en el partido ni en la eliminatoria. Pero cada vez que el Real Madrid funcionaba la conexión yogurín –Odegaard y Asensio– los blancos se plantaban en el área en un decir amén. Casemiro iba cogiéndole el aire al partido, pero se le veía falto de chispa y punta de velocidad en la ida y vuelta. Lógico.

A Mariano se lo quitan, a James no

Mariano hizo el segundo en el 16, pero el colegiado lo anuló por un fuera de juego inexistente, porque el delantero estaba por detrás de la línea que marcaba la pelota del asistente Carvajal. El Madrid campaba a sus anchas con un Odegaard que se iba agigantando. En el 22, esta vez sí, llegó el segundo. Lo logró James, después de que el joven noruego y Carvajal bailaran un chotis en la banda derecha.

Casemiro seguía metiendo el pie en cada balón –buena noticia–, pero vio una amarilla a la media hora de juego por llegar tarde. Es lo que tiene la inactividad. Pero Odegaard seguía dando un recital. Hasta se cascó en el área la jugada de Butragueño al Cádiz. Desde luego, tener a este chico en Segunda B es como conducir un Ferrari por el desierto.

Isco y Mariano un par de veces acumularon ocasiones para lograr el tercero. El Madrid seguía tomándoselo muy en serio. A la tercera no perdonó Mariano. Recibió un pase de Carvajal, aguantó el penalti del defensor de la Cultu y empaló un voleón que se convirtió en el tercero.

Y cuando la gente ya se preparaba para comerse el bocata, los visitanes lograron lo imposible: el gol del honor. Lo hizo Yeray con un disparo durísimo, que se envenenó tras tocar en Carvajal y ante el que nada pudo hacer Kiko Casilla.

Entran Varane y Enzo, salen Pepe e Isco

Al descanso Zidane ya pensaba en el Clásico. Quitaba a Carvajal e Isco, que serán titulares en el Camp Nou, y metía al campo a Varane y a su hijo Enzo, que físicamente es un calco de su padre aunque con más pelo. Rondó el gol de salida la Cultu con un remate de Benja dentro del área que se fue rozando el palo derecho de Kiko Casilla.

Fue un espejismo. Raudo volvió a dominar el Real Madrid con Odegaard en plan estelar. Eso sí, ahora le costaba pisar el área de la Cultural, quizá por la inercia propia de dosificar esfuerzos. Al trantrán llegó el cuarto, tras una buena combinación del equipo blanco que sentenció Enzo con un toquecito suave y elegante, tras amagar con el cuerpo, al más puro estilo de su padre.

Faltaban 20 minutos para terminar el trámite y Zidane aún tenía un cambio pendiente. Quizá no tenía pensado agotarlos porque tanto Lucas como Kovacic parecen seguros en el once del Camp Nou. Pero sí, lo hizo para que debutara el tercer portero, Rubén Yáñez, y supliera a un ovacionado Kiko Casilla. Tejero la tuvo en el 79, pero se lució el meta de la Cultural, Leandro, al sacar un pie milagroso abajo.

Llegábamos a los minutos de la basura con el partido resuelto y la Cultu asomándose al área del Real Madrid en busca de otro golito que llevarse para León. No lo consiguieron, pero sí los blancos. Mariano, ¿quién si no?, logró el quinto y su particular hat-trick. Lo agradeció el Bernabéu, igual que el sexto en propia puerta, aunque el madridismo entero ya estaba pensando en lo del Camp Nou.

Pero eso será otra historia.

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