ENTREVISTA EN FRANCE FOOTBALL

Cristiano Ronaldo: «Espero ganar el Balón de Oro»

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Cristiano Ronaldo, con su tercer Balón de Oro. (Getty)

Cristiano Ronaldo concedió una entrevista a France Football en la que ha hablado de su temporada. Ha desgranado la final de la Eurocopa, comentó su estado estado de ánimo actual y opinó sobre el Balón de Oro.

Cómo vivió las horas previas a la final

«Siempre duermo bien. No sueño nunca con fútbol. Cuando me desperté el día de la final estaba con tres rubias en la cama (suelta una carcajada). No. En serio, me desperté consciente de que era un día especial, que íbamos a jugar la final de la Euro en Francia contra Francia… Dormí ocho horas. Podía haberme despertado en plena noche por culpa de la ansiedad, pero no fue así. Cuando bajé a desayunar me di cuenta enseguida de que el ambiente era muy positivo».

Los rituales CR7

«Siempre preparo todos los partidos igual. Obviamente no juego todos los días una final de la Eurocopa. Jugué una antes con 18 años. No podré olvidar nunca aquel día, pero sabía que se me presentaba con 31 años una segunda oportunidad».

«Hablaba mucho, con mi familia, estaba tranquilo en mi habitación. Lo importante es relajarse. Como capitán y uno de los jugadores con más experiencia, era eso lo que intentaba transmitir a mis compañeros, que podíamos ganar, pero que no había que estresarse. Estaba convencido que la clave era la serenidad. Teníamos una gran ventaja, no éramos favoritos. Los franceses pensaban que iban a ganar fácilmente. O esa era la sensación que nos dieron. Y ese aire de tranquilidad es lo que notó durante toda la jornada».

Las dos finales europeas

«Cuando llegué al Stade de France sabía que no era la primera final que disputaba. No sentía tanta presión como la que jugué un mes y medio antes con el Real Madrid frente al Atlético. Al fin y al cabo, con Portugal sabéis que no teníamos nada que perder. No éramos los favoritos. Comprendí entonces que los jugadores con más experiencia transmitieron su confianza a los jóvenes. Nuestro éxito estuvo en eso. El Madrid es el Madrid y siempre estás obligado a ganar. Y ese no era el caso de Portugal, que no había ganando nada. Tenía mucha confianza también por Fernando Santos. Tenía tanta fe que no podíamos seguirle. Después de sus palabras, sabía que Francia nos atacaría 50 veces y que tendríamos que defendernos, pero que tendríamos nuestra oportunidad y que marcaríamos».

Posibilidades de Portugal

«Antes del torneo sabía que teníamos pocas opciones porque teníamos un equipo muy joven y por otras muchas razones. Pero según avanzaba la competición me di cuenta que podíamos ganar».

¿Habló con Benzema y Varane?

«No hablé con ellos ni durante el torneo. Antes de empezar, en el vestuario del Madrid, sí que hubo muchas bromas sobre la Euro. Muchos compañeros me decían: Cristiano, ¡qué vacaciones más largas vas a tener este verano! Pocos creían que Portugal llegaría hasta el final. Hemos bromeado lo suyo con Kroos o con los españoles, pero con Varane y Benzema no. Uno estaba lesionado y la situación de Karim ya la sabéis. Era un momento delicado para los dos».

Discurso de ánimo antes del partido

«Debí dar cuatro o cinco charlas en la Euro, pero ninguna el día de la final. Me he dado cuenta que el discurso del seleccionador era tan bueno que no quería estropear nada. Su mensaje había sido positivo y sabía que había calado entre los jugadores. Yo lo que hice fue hablar uno por uno con mis compañeros. Mi objetivo era quitarles la presión con un mensaje adecuado. A Pepe, por ejemplo, y con su experiencia, le he pedido que animara a los más jóvenes y que marcara las directrices sobre el campo. A Renato Sánchez que estuviera tranquilo y que bajara a defender en cuanto perdiera el balón».

Momento himnos

«No pensaba en nada en especial. No era un momento para darle vueltas a la cabeza».

Saludo previo con los franceses

«(Silencio y después una leve sonrisa). Bueno, voy a ser sincero. Cuando hemos saltado para el calentamiento, he notado a los franceses un poco relajados. Claro que todos tiene el derecho de sonreír antes de un partido, pero ahí todos parecían muy contentos. Como si hubieran ganado ya la final. Creo que eso ha sido una ventaja para nosotros. Les he dicho a mis compañeros: «chicos, los franceses se creen que van a ganar la final. Piensan que nos van a vencer fácilmente, pero no será así. es nuestra final. Nos van a ver jugar y van a decir. Eh, Portugal va a ser más complicado». Y eso ha pasado exactamente. Sus gestos detonaban también una confianza excesiva, y yo como capitán le he aprovechado de eso».

Entra da Payet y lesión

«He pensado que sólo era un golpe, como otras veces. Pero cuando me puse a correr me di cuenta que mi rodilla se hinchaba. He salido enseguida y después entré de nuevo, pero rápido me di cuenta que no podía seguir. No podía ni doblar la rodilla, corría y en la rodilla entraba sangre. No iba a ser la final que había soñado. No podía seguir pese a todos mis intentos».

¿Fue el peor momento de su carrera?

«En ese momento sí. Era el día más triste que había vivido. Quería jugar, pero el cuerpo, mi rodilla no me lo permitía. ¡Tenía tantas ganas de jugar! Imagínense. He entrado al vestuario para que el médico me diera un primer diagnóstico. Estaba mal, lloraba. Porque pensaba que podía ser aún más grave. Pensaba que me había roto el ligamento totalmente. El médico me ha tranquilizado, pero volví a llorar. Le gente me consolaba. Después me puse a ver el partido por la televisión y me he animado. Me he metido en el partido y los amigos les pregunté si debía ir al banquillo o no. El segundo tiempo también lo vi en el vestuario. He olvidado la lesión y daba saltos delante de la pantalla. Estaba nervioso. En la prórroga no aguantaba más y me fui al banquillo».

Arenga en el intermedio

«Sí, hablé. Les he dicho que estaba bien y que siguieran a lo suyo. Les he intentado convencer de que podíamos ganar. No servía de nada hablar de mi rodilla. En ese momento, ya no estaba en la camilla. Tenía la rodilla vendada y me movía por el vestuario. Quería transmitir cosas positivas. Ya no tenía dolor. No lo sentía. Estaba de lleno en el partido, en el momento. Habéis visto que en la prórroga saltaba desde el banquillo. Tenía entre un estado de estrés y de euforia consciente de que podíamos ganar. Francia no estaba jugando mal pero no nos dominaba. No nos acosaba».

La prórroga

«Era insoportable. Pensaba en estar tranquilo, pero era imposible. Era peor que verlo en el vestuario. La verdad es que se me cruzaron los cables, en el buen sentido de la palabra, animando a mis compañeros, como si fuera el segundo entrenador. Pero sabía que así era útil, porque sabía que mis compañeros me respetaban».

Eder se pone el disfraz de héroe

«Fue como una explosión, algo extraordinario. No podía controlar mi cuerpo. Hacía cosas sin darme cuenta, producto de los nervios y de la emoción al mismo tiempo. Le decía cosas al seleccionador pero no sé bien el qué. Pero sabía que tenía que estar a su lado. Estaba solo».

Diferencias con Milán

«Cuando empiezas la Champions con el Madrid sabes que puedes ganar, pero joder, con Portugal no lo piensas. Hay por lo menos cinco o seis equipos mejores que nosotros. Si gana Francia o Alemania es normal. Portugal, no».

La noche después de la final

«Me fui a dormir a las siete. Me puse hielo. Me tenía que levantar a las nueve de la mañana. No he dormido, la verdad».

El fútbol es su vida

«Les voy a confesar una cosa. Mi vida habría sido un incordio sin el fútbol. No habría tenido tanto sentido sin el balón. Me aburro cuando no juego».

El Balón de Oro

«Mi objetivo es ganarlo todos los años. No he ganado el último, pero los dos anteriores sí. Espero ganar este».

¿Favorito?

«Tiene su sentido, ¿no? Es la clave creo. Pero este año el Madrid ha estado impresionante. A mitad de temporada estábamos muertos y nos hemos levantado. Con Portugal pasó algo parecido en la Euro. Eso demuestra que el fútbol no es un sprint sino un maratón. Y que se gana al final».

La pesadilla de Griezmann

«Estaba especialmente triste mi vecino en Madrid. La temporada pasada estuvo muy muy bien. Ha jugado dos finales y las ha perdido las dos contra mí. Es un chico muy simpático. Le deseo que siga por ese camino. Es joven. Sigue creciendo. Es divertido, pero poco después de la final, me lo he encontrado en Miami de vacaciones en un restaurante. Estaba cenando con su novia. Ha venido a saludarme a mi mesa y con una sonrisa cómplice me ha dicho: «Cristiano, te odio».

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