El Madrid de los invencibles: ¡26 partidos y siete meses sin perder!

6 de abril de 2016, Volkswagen Arena, Wolfsburgo. El Real Madrid sufre una dolorosa derrota en la ida de los cuartos de final de la Champions League frente al conjunto entonces entrenador por Dieter Hecking. Esa fue la última vez que el conjunto dirigido por Zinedine Zidane perdió un partido.

Desde entonces, han sido 26 los encuentros oficiales sin perder del Real Madrid, entre los que se incluyen dos títulos: la Champions League con la recordada final de Milán, que significó la Undécima para el conjunto blanco, y la Supercopa de Europa lograda frente al Sevilla en Trondheim.

El tanto recibido a los cinco minutos frente al Alavés y el buen hacer de los vascos en muchos tramos de partido hicieron peligrar esta marca diferencial del Real Madrid. Pero la relación de Cristiano Ronaldo con el gol permitió a los blancos acabar en goleada y seguir sumando en la construcción de un récord que podría alargarse varias semanas más y en el que el conjunto madridista ha logrado 21 victorias y cinco empates, con 73 goles a favor.

En la travesía, el Madrid se ha encontrado con rivales del nivel del Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla, Manchester City y Borussia Dortmund, y todos ellos han tenido la negación de la victoria como respuesta por parte de los Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Luka Modric y compañía.

Este camino exento de derrotas no ha hecho más que elevar la figura de Zidane en el banquillo del Real. El técnico francés quizá no sea el más intervencionista en sus sistemas, ni siquiera el que proponga el fútbol más vistoso, pero los resultados, con esta gran racha como baluarte, le colocan con una estadística de 33 victorias, siete empates y solo dos derrotas en los   diez meses desde que fuera elegido como entrenador del Madrid. Ninguna broma.

Un bloque sólido, con el equilibrio por encima de todo –de ahí la presencia de Casemiro– y continuos brotes verdes creativos y efectivos gracias a la calidad de los hombres de ataque alineados por Zizou, que solo tuvo que hacer retoques en el pasado mercado de fichajes, pues el objetivo era apuntalar un equipo que tenía un once titular definido y varios jugadores en el banquillo que partirían de inicio en el 90% de los equipos de la Champions.