Morata fue el rey león

karim-benzema-gol-real-madrid-athletic
Los jugadores del Madrid celebran el 1-0 de Benzema. (Getty)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

El Real Madrid se ha acostumbrado a vivir como Pedro Almodóvar: al borde de un ataque de nervios. Ante un Athletic plagado de bajas, los de Zidane se pusieron rápido por delante con el gol de Benzema, pero después sestearon bajo la lluvia. Igualó el duelo Sabin Merino antes del descanso en plena dimisión de los blancos, a los que les costó la misma vida volver al partido. Fueron otra vez los cambios, otra vez Lucas y Morata, los que resucitaron a un equipo medio muerto. Morata, el auténtico rey león, obró el milagro con un gol de pura fe y el Real Madrid ascendió al liderato.

Por primera vez en lo que va de temporada repetía once Zidane. Los mismos que golearon en Sevilla recuperaban su silla ante el Athletic después de que el técnico del Real Madrid oxigenara al equipo en la Champions. Regresaban Carvajal, Isco y Kovacic, mientras que arriba repetía la BBC en busca de recuperar la alta definición.

Caían chuzos de punta en el Bernabéu, que bien parecía la versión castiza de San Mamés. El Athletic, plagado de bajas y huérfano de su referencia arriba a falta de Aduriz, se plantaba ordenado como los cajones de una farmacia con el objetivo de resistir las acometidas de los muchachos de Zidane. El Madrid salió a dominar pero sin atosigar tampoco. Williams dio el primer susto con un disparo que se envenenó con el bote delante de Keylor, que despejó a córner con más efectividad que estilo.

Y entonces el Real Madrid vacunó a los leones a la primera. Fue con una diagonal larga de Marcelo en busca de Isco. Al malagueño se le fue largo el control, pero Saborit no supo despejar primero y se resbaló después. El lateral del Athletic dio más facilidades que un banco en los años de la burbuja, así que Isco aprovechó para asistir a Benzema, que marcó a un toque. Respiraba Zidane en el banquillo. Respiraba Florentino en el palco. Respiraba el Bernabéu.

El gol no cambió el guión de Valverde, que seguía protegiendo su portería con el celo de un piso franco. El Real Madrid manejaba el partido a su antojo con un Athletic replegado en torno a su área y concediendo metros como un concejal de urbanismo. Primero Bale de cabeza y después Cristiano con el pie perdonaron el 2-0 en sendas ocasiones en el área, aunque también tuvo Sabin Merino un cabezazo claro. Los leones sólo eran los mordiscos de Luis García en el centro del campo con el beneplácito de Iglesias Villanueva.

Se duerme el Madrid, empata el Atlethic

Ninguno de los dos equipos le ponía demasiado ímpetu en la recuperación de la pelota, así que el Athletic se fue estirando, estirando y estirando como los brazos del inspector Gadget hasta que empató. Fue en una buena jugada por la banda derecha del descarado Lekue, que metió la pelota al área donde Varane primero, Pepe después y Carvajal en última instancia se empeñaron en que la pelota llegara a Sabin Merino, que marcó ante la salida de Keylor Navas. El Real Madrid obtenía el merecido castigo a su desidia defensiva. No habíamos llegado a la media hora y a los de Zidane les tocaba remar otra vez.

El Madrid se había salido del partido para meter al Athletic y ahora le costaba volver. Los leones estaban ya más cómodos que con Ángel Cristo. En el Bernabéu empezaban a escucharse los primeros pitos a un equipo que se los estaba ganando por deméritos propios. Una jugada de Bale por la izquierda en el 42 despertó algo a los blancos, pero ni Cristiano ni Benzema estuvieron al loro a su centro en el área pequeña.

Dos minutos después Cristiano Ronaldo tuvo en sus botas el 2-1. El luso se entretuvo en el área como una maruja de charla en el portal y se le hizo de noche. Tenía pase a Isco de primeras y después disparo, pero no hizo ni lo uno ni lo otro, así que Iraizoz le comió la tostada con una buena salida. Y con las dos ocasiones en las postrimerías de la primera mitad el partido se fue al descanso en tablas.

Aceleró el Real Madrid de salida en busca de una victoria que le devolviera a lo más alto de la Liga. Pero la primera ocasión, clamorosa, rotunda, clarísima, fue para Iñaki Williams, que se plantó delante de Keylor Navas tras un fallo de Pepe y la echó arriba. Respoblaba el Bernabéu mientras Zidane daba vueltas a su cabeza para intentar arreglar el desaguisado de su equipo.

Zidane mueve ficha

El Madrid pedía a gritos un cambio, sobre todo en el centro del campo donde los blancos eran como Pedro Sánchez: perdían todas las batallas. Un tímido cabezazo de Benzema a centro de Isco al filo del 60 fue la primera aproximación seria de los blancos en la segunda parte. Arreciaba el diluvio pero el fútbol del Madrid era pura sequía. En el 63 por fin Zidane movió ficha: Lucas Vázquez por Isco, que había ido de menos a más. El Bernabéu silbó el cambio.

La inercia, que no el juego, llevaba al Madrid al área de Iraizoz, pero la BBC era un cúmulo de interferencias. Pasaban los minutos. Morata suplía a Benzema en busca de la épica. Lucas le daba dinamismo al equipo, pero el Athletic ya estaba muy bien pertrechado atrás y a los de Zidane se les echaba el tiempo encima. Precisamente entre Lucas y Morata tuvieron el 2-1, pero se liaron delante de Iraizoz.

Y cuando todo parecía perdido apareció Morata, otra vez Morata para salvar al Real Madrid. Fue en el 82. Bale centro desde la izquierda y Morata le ganó la espalda a San José y remató a bocajarro ante Iraizoz. Al meta del Athletic se le escapó la pelota y el canterano blanco, en un acto de fe, logró el 2-1.

Pero el partido no estaba acabado y Keylor evitó el 2-2 en un clamoroso mano a mano de Williams, que se plantó solito delante del portero del Real Madrid tras una cantada (otra) de Varane. El Bernabéu no se había sacudido la alegría por el gol de Morata cuando le venía el susto, peso así es este equipo: le gusta vivir al borde de un ataque de nervios. Cristiano perdonó el 3-1 solo delante de Gorka, así que cuando Iglesias Villanueva pitó el final todo el madridismo respiró aliviado. Morata había obrado el milagro y el Real Madrid ascendía al liderato.

Lo último en Deportes

Últimas noticias