«Enzo es uno de los nuestros»

El público del estadio Santiago Bernabéu vio 3.860 días después a un Zidane jugar un partido oficial. Una década después de que Zinedine dijera adiós entre lágrimas al Real Madrid —el fútbol lo abandonaría unas semanas después en el Olímpico de Berlín—, Chamartín volvió a disfrutar de la saga Zidane gracias a Enzo, hijo del actual entrenador del Real Madrid que ante la Cultural Leonesa debutó como madridista en partido oficial jugando una gran segunda mitad en la que dejó su primer gol como jugador blanco.

Aquel 7 de mayo de 2006, cuando Zidane se emocionaba, el Bernabéu se entristecía porque sabía que un genio le abandonaba y la pelota se deprimía consciente de que el que mejor la trataba iba a dejar de acariciarla pronto, un niño pequeño no podía parar de llorar junto a sus hermanos pequeños y su mamá en los boxes del coliseo blanco. Allí también estaban sus tíos y unos abuelos muy preocupados de animar a su nieto. Pero no había consuelo. Esa madre se llama Véronique, esos hermanos Luca y Theo, ambos juegan en el Real Madrid junto a un Elyaz que en ese momento tenía meses de vida, y el niño que lloraba desconsoladamente Enzo. La mujer y los hijos de Zidane decían adiós a uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, pero sobre todo a papá y a un marido que comenzaba una nueva vida. El miércoles el circulo se cerró cuando el padre dio la alternativa al hijo. 

Enzo debutó en partido oficial con el Real Madrid y recogió el trabajo que lleva sembrando durante 12 años en La Fábrica. El jugador que más tiempo lleva actualmente en la cantera madridista cumplió su deseo. «Debutar con el Real Madrid y meter un gol siempre es un sueño», explicaba un exultante Enzo que en ningún momento perdió esa tranquilidad que le caracteriza.

«Un chico normal»

Su primer equipo en La Fábrica fue el Benjamín A y desde ese momento ha ido ascendiendo por todos los conjuntos de las divisiones inferiores del club blanco hasta llegar al Juvenil A, donde junto a Luis Miguel Ramis conquistó la Copa de Campeones en 2014. Al año siguiente continuaría con su formación en el extinguido Real Madrid C, aunque esa temporada Zidane le dio la oportunidad de debutar en el Castilla ante el Conquense. Después, al año siguiente, ya se asentaría en el Castilla, donde actualmente es uno de los hombres con más peso del vestuario y uno de los capitanes.

Enzo es el único de sus cuatro hermanos que han vivido todos los éxitos del Zizou como futbolista. El que se enteraba de todo lo bueno que le pasó en su carrera y de alguna etapa más negativa. Eso le ha unido al que ahora es su entrenador, un cargo que comparte con Santiago Solari. Luca pertenece al Castilla, equipo dirigido por Solari, pero no extraña verle entrenar con el primer equipo a las órdenes de Zidane.

En el vestuario del Castilla Enzo no es el hijo de Zidane. Sus compañeros le ven como uno más y el mediapunta se comporta como cualquier chico de la cantera madridista. «Es una persona muy normal, tímida, no es muy hablador y nunca tiene problemas con nadie. Es uno de los nuestros», aseguran a DIARIO MADRIDISTA los que comparten vestuario con él.

No le pesa el apellido Zidane

«Es un jugador de una calidad excelente. Ve el fútbol como pocos. Está claro que ha jugado toda su vida al lado de uno de los 10 mejores jugadores de la historia», declara a DIARIO MADRIDISTA José Aurelio Gay, entrenador de Enzo cuando dio el salto al Real Madrid C. Además, el técnico madrileño destaca su «normalidad». «Enzo habla poco fuera del campo, pero dentro tiene carácter, la pide siempre y se enfada cuando se tiene que enfadar», añade.

Además, Gay también confiesa que una de las primeras preguntas que le hizo cuando estuvo a su cargo fue cómo llevaba tener el apellido Zidane. Enzo, sereno y con esa calma que le define, aseguró que lo llevaba «con normalidad». Y es que, Enzo es uno más de La Fábrica. El más veterano, toda una vida al servicio del Real Madrid que por fin ha cumplido su sueño.