EUROLIGA: REAL MADRID VS UNICAJA

Un Doncic ‘jordanesco’ lidera la exhibición balsámica del Real Madrid (89-57)

Doncic
Doncic entra a canasta. (EFE)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El Real Madrid llegaba a su segundo encuentro de la semana de Euroliga después de una derrota durísima y con la necesidad de sumar para no ver alejarse el tren de los cabezas de serie en la máxima competición continental. Las bajas sacudían a la plantilla y las alarmas de una crisis estaban cerca de saltar, pero Luka Doncic volvió a emerger para ponerse el traje de superhéroe y completar una actuación ‘jordanesca’, numérica y sensacionalmente, que supuso conducir a los blancos a apalizar a Unicaja (89-57) con una exhibición que marca el camino a seguir.

Por si fuerna pocos los problemas existentes, los blancos recibieron un nuevo golpe en forma de lesión, y una vez más de una pieza interior –y clave– en el plantel. Anthony Randolph volvió a caer por una lesión de estrés en el pie, por lo que la ventaja de fichar a Tavares regresaba a la nulidad y la escasez en el ‘4’ y el ‘5’.

El Madrid debía reinventarse una vez más y Laso optó por colocar a Edy junto a Maciulis como pareja improvisada de postes al inicio. Los resultados, si bien no inmediatos, resultaron satisfactorios. La bestia de Cabo Verde sigue soltándose y Maciulis, curtido en mil batallas, ha demostrado saber adaptarse al puesto de ala-pívot por necesidad. La anotación, al contrario de lo esperado, no era abultada, y Unicaja echaba de menos a su estrella, Nemanja Nedovic, también de baja para el choque.

Sin embargo, no todo son malas noticias en la planificación madridista. Rudy Fernández, jugador mejor pagado de la plantilla y en un nivel ínfimo en comparación a sus cualidades en los últimos tiempos, parece haber regresado y de nuevo mostró un acierto notable desde la larga distancia. El balear reemplazó a Doncic como primer foco anotador en un parcial constante que puso la ventaja cómodamente por encima de los diez puntos. Justo lo necesario después de una actuación deplorable como la completada el martes en Vitoria.

Al descanso el Madrid no echaba de menos a los ausentes, dominaba holgadamente en el marcador, y Doncic llevaba proyección de triple doble. Y el cambio de actitud en defensa, después de recibir 105 puntos, surtía efecto. Todo bien, todo más que correcto, pero quedaban 20 minutos.

Unicaja subió el nivel en el tercer cuarto, pero entre los muelles de Taylor y los brazos de Tavares, los de Joan Plaza permanecían desquiciados, con la sensación de estar abducidos por extraterrestres. Y Luka Doncic, de este hay que hablar aparte. Por mucho que se haya convertido en costumbre no merece dejar de ser destacado. Hablábamos del triple-doble, pero sus penetraciones, marcando los pasos como Ginóbili o manteniéndose en el aire como el mismísimo Michael Jordan, desprenden un aura de superestrella que el Palacio no volverá a ver en muchos, muchos años. Porque este chico es carne de NBA, irremediablemente.

En estas, el Real Madrid convertía el dominio en paliza, y al final del tercer periodo, el +24 animaba a reservar fuerzas tras una semana dura y pensar en el fin de semana, donde el calendario continúa. El carrusel de cambios volvió a dejar detalles ya comprobados, caso de la recuperación de Rudy desde el triple o la intimidación de Edy Tavares en la zona. Un clásico como Carroll puso el sello desde su zona predilecta, el triple, y el Madrid subsanó la paliza de Vitoria con otra sólo 48 horas después.

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