Las razones que llevaron al Chacho a firmar por el CSKA

Sergio Rodríguez
Sergio Rodríguez celebra un triple con la camiseta del CSKA. (Euroleague)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El encuentro que mide al Real Madrid y al CSKA Moscú va mucho más allá de un enfrentamiento entre dos de los favoritos –los principales, con permiso del Fenerbahce– a hacerse con la Euroliga. Un hombre que ha marcado el pasado reciente del equipo blanco regresa al Palacio de los Deportes con la camiseta del rival. Sergio Rodríguez firmó el pasado mes de julio un contrato por tres temporadas con CSKA, a pesar de que el conjunto ruso no era su primera ni su segunda opción.

Para poder explicar los entresijos de este cambio de colores hay que retrasar el tiempo hasta llegar al verano de 2016. Poco más de un año después de levantar la Euroliga con el Real Madrid, el Chacho decidió dejar el club con el que había vuelto a sentirse una estrella para probar suerte, en un segundo asalto, en la NBA, donde los más grandes luchan de poder a poder entre octubre y junio.

Con 30 años y mucha magia aún en sus manos, Sergio Rodríguez llegó a Philadelphia 76ers, donde su rol fue reduciéndose hasta ver como su contrato, de una sola temporada y ocho millones de dólares, contaba con muy pocas opciones de ser renovado. El Chacho salió al mercado en busca de un nuevo barco en el que seguir viviendo el sueño americano, pero, al contrario de lo que pensaban él y su agente, ninguna franquicia llamó a su puerta con un contrato garantizado. 

Fue entonces cuando, más por obligación que por voluntad propia, las puertas de Europa volvieron a abrirse para el Chacho. Unos meses antes y en vistas de que en la NBA no era oro todo lo que relucía, el entorno del jugador contactó con el Real Madrid para tantear un posible regreso, contrato millonario mediante, pero la respuesta del equipo blanco no fue positiva. Con Doncic, Randolph, Llull y Ayón, el cupo de estrellas estaba cubierto. 

A pesar de que el «no» del Real Madrid ya lo tenían, el empeño de Sergio seguía siendo jugar de blanco si el único camino posible para su carrera era regresar a Europa. El mercado de agentes libres de la NBA ya estaba abierto y las ofertas jugosas seguían sin llegar… desde Estados Unidos. El CSKA acababa de perder a su estandarte, Milos Teodosic, y necesitaba un líder para dirigir el equipo. El Chacho recibió una oferta por tres años y nueve millones de euros, pero la primera respuesta fue negativa. Si no podía ser en la NBA, debía ser en el Real Madrid.

Llamados por la voluntad de Sergio, su agente entabló una vez más conversaciones con un Real Madrid cuya plantilla estaba cerrada y que sólo podía abrir hueco para el Chacho en 2018, coincidiendo con el más que probable salto de Doncic a la NBA. La posibilidad de firmar de inmediato al base canario se reducía a ofrecerle un contrato de alrededor de un millón de euros, como así hicieron, con el posterior y lógico rechazo del Chacho, que volverá a su casa con nostalgia de no haber podido hacerlo con la camiseta madridista, pero convencido, como él propio ha asegurado, de que el CSKA «era la mejor opción», aunque no la primera.

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