REAL MADRID

Los secretos de Felipe Reyes para ser el mejor reboteador de Europa

felipe reyes
Felipe Reyes recibe un premio de manos de su hermano Alfonso.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Felipe Reyes nunca fue el más alto, ni el más fuerte ni el que más saltaba de su generación. Con estas condiciones pocos podrían aventurar que el capitán del Real Madrid se convirtiese en leyenda de una categoría tan compleja y fundamental del baloncesto: el rebote.

A punto de cumplir 37 años, Felipe hizo historia este pasado domingo al batir el récord de Granger Hall como máximo carpanta de la Liga Endesa superando un listón de 4.292 capturas. Ese galardón se une al de máximo reboteador de la historia de la Euroliga abriéndole un hueco en el Olimpo de los más grandes de esta faceta.

Su hermano Alfonso, ocho años mayor que Felipe, explica el fenómeno como una mezcla inconfundible de «talento, instinto y genética». «Yo no tuve que enseñarle nada. Nuestra diferencia de edad no permitió que jugásemos mucho juntos, pero ya venía con todo aprendido cuando llegó a la élite», explica el actual presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesional (ABP).

Los que han compartido y sufrido a Felipe Reyes aseguran que su cadera se asemeja «con una roca» y una vez cogida la posición «es imposible moverle». Otra de las claves del éxito del capitán blanco reside en que se mantiene en su peso óptimo desde hace muchísimos años y eso a su edad es algo fundamental.

«El rebote lo llevas o no lo llevas y no hace falta ser el más alto para dominarlo. En el caso de Felipe sé que nació con un talento especial. Los rebotes es una faceta que viene en el gen Reyes y él lo ha desarrollado en su máxima expresión», comenta su hermano mayor, que también dominó la competición en este aspecto en la década de los 90.

El récord de Felipe tiene más mérito si comparamos los minutos que se jugaban en el pasado con los actuales. «Era muy complicado de batir porque a día de hoy reinan las rotaciones», explica Alfonso, recordando que Felipe no ha promediado más de 25 minutos por partido cuando antiguamente se alcanzaban hasta los 35.

Desde esta perspectiva se puede vislumbrar la increíble carrera de un jugador irrepetible. Campeón de todo lo posible con el Real Madrid y en la selección española, Felipe mantiene intacta su ambición por seguir compitiendo en la élite. Hay capitán rato.

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