Examen en Estambul

El Real Madrid se está acercando peligrosamente a una situación negativa debido a su bajo rendimiento en la carretera. El equipo blanco perdió frente al Betis su tercer partido consecutivo fuera de casa ante un rival teóricamente menor y, a pesar de encontrarse en diciembre y en una situación más que positiva tanto en Liga Endesa como en Euroliga, la imagen del equipo será puesta a prueba en su visita a Estambul para medirse al Anadolu Efes.

El tercer viaje al país otomano en el ajetreado mes de diciembre supondrá para los madridistas la reválida de las dos derrotas sufridas frente a Fenerbahce y Darussafaka, también en Estambul. En el seno del club blanco se es consciente de que lo importante se juega a partir de los meses de marzo y abril en la Euroliga, pero al contrario que en Liga Endesa, donde, con todos los respetos, hasta los Playoff no empieza lo serio, en la máxima competición continental sí pueden pesar los resultados de la primera fase. «En Euroliga no hay que andarse con bromas, aquí sí importa ganar».

La derrota frente al Betis habría supuesto una pequeña revolución en el vestuario en condiciones normales, pero la gripe sufrida por parte de la plantilla, que mermó el rendimiento de jugadores como Draper, que solo pudo participar en nueve minutos de juego, o Jeff Taylor, que ni siquiera se vistió, ejerce de maquillaje para una derrota que en cualquier caso no debió producirse y no hace sino incrementar la sensación de debilidad en los partidos como visitante que no gusta nada en el equipo blanco. 

En el caso concreto de la Euroliga, el camino del Real Madrid fuera del Palacio se puede catalogar como insuficiente. Quitando la histórica paliza en el Clásico del Palau, el equipo blanco cuenta sus últimas cuarto salidas por derrotas, siendo las dos últimas, frente a Darussafaka y Estrella Roja, las que hicieron encender las alarmas por la falta de competitividad de los blancos en ciertos tramos del partido.

Esta relajación es la que provoca que el encuentro frente a Anadolu Efes, que ya sabe lo que es derrotar al Madrid en su cancha en los últimos años, se haya convertido en un punto de inflexión a la hora de tomar medidas para paliar este déficit como visitante. En cualquier caso, no peligra la figura de ningún miembro de la plantilla, como tampoco del cuerpo técnico. La situación no gusta, pero el Madrid sigue con opciones y catalogación intacta en todas las competiciones y la cordura debe reinar.

Ganar o ganar

«El partido es complicado, pero no podemos permitirnos otra derrota igual», se afirma desde el club, conscientes de que la victoria se ha convertido en elemento innegociable.  En caso de producirse, además, serviría para borrar las dudas y volver a considerar al Real Madrid como lo que es, un favorito para todos los títulos con una plantilla que apenas refleja debilidades.

Una victoria en Estambul borraría de un plumazo las derrotas pasadas y dejaría como un lapsus pre y post navideño a los tropiezos frente a Darussafaka, Estrella Roja y Betis. El Madrid está ante su prueba de fuego, vuelta a la luz o seguir sufriendo pesadillas. El esfuerzo no se negocia y la victoria, dadas las circunstancias, tampoco.