La visión túnel en la expectativa electoral

La visión túnel en la expectativa electoral
  • Gustavo F-Mazarambroz de Arespacochaga

Tras la resaca electoral del 28 de abril no son pocas las voces que se aventuraron rápidamente a buscar culpables, señalando tanto a líderes como a estrategias. Sin embargo, muy pocos han sido los que han asumido de manera individual su responsabilidad personal en cuanto a la gestión de expectativas.

Recuerdo con nitidez que, antes de cursar uno de los programas en una escuela de negocios, intuía la importancia de ciertas materias, las cuales tenían un espacio relevante en el programa. De otras ni siquiera tenía conocimiento de su existencia; y menos aún, de su relevancia. Tal es el caso de la materia Gestión de expectativas. 14 sesiones. 14 horas en donde aprendimos a diferenciar el deseo de la realidad, a discriminar entre mensajes fundamentados o infundados; entre realismo e idealismo; entre mensaje y canal; entre cosmovisión y análisis 360º.

Vayamos por partes. El PSOE estaba liderando, aunque con solo 85 escaños, el poder ejecutivo desde la moción de censura de 1 de junio de 2018. Pensar que un adelanto electoral por parte del presidente Pedro Sánchez no le beneficiaría era, cuanto menos, inocente. Las expectativas por parte de los líderes de la derecha y sus afiliados y simpatizantes, aupados por la esperanza y el entusiasmo de la propia anticipación de las elecciones generales, invitaron a pensar más en el deseo que en la realidad.

Por otro lado, la aparición de nuevas formaciones políticas que daban respuesta a sensibilidades e ideologías que ya no encontraban acomodo en los partidos que otrora les acogieron, acrecentaron esa visión túnel. Como si un placebo se tratase, afines a VOX, PP y Ciudadanos se creyeron la mejor de las encuestas, bloqueando en redes y medios aquellas que no mostraban un escenario deseable.

El resultado es por todos sabido. Ni la suma de estos tres partidos posibilita un cambio de inquilino en el Palacio de La Moncloa, ni los resultados particulares se acercaron al mejor de los pronósticos pre-electorales. Quizás sea dentro del ecosistema VOX donde este efecto se ha producido con mayor alevosía. Sus simpatizantes y votantes habían visualizado un resultado mucho más abultado que los 24 escaños (2,7 millones de votantes; 10,3%). Eso sí, no deja de ser impresionante que partían de 0 representantes en la Cámara Baja. Realizar comparativas con Podemos sería injusto a todas luces. Primero, por la no-fragmentación de la izquierda en las elecciones de 2015, mientras que la derecha ya tenía 2 opciones antes de Andalucía 2018 (C’s y PP); segundo, porque Podemos ya estaba en las instituciones europeas 2014 (5 escaños; 7,9%); y tercero, porque Podemos era (en parte lo sigue siendo) una amalgama de partidos implantados previamente en diferentes zonas del territorio nacional (al menos 16).

Asumamos, pues, que no se trata de buscar cabezas de turco, sino de asumir parte de esa responsabilidad individual al abrazar el idealismo cuando la derecha se nutre eminentemente de realismo. El Domingo 26 de mayo votaremos de nuevo al Parlamento Europeo, a las Comunidades Autónomas correspondientes y a los Ayuntamientos. Será clave la abstención de la izquierda y su fragmentación (en Madrid concurren Unidas Podemos-IU-Madrid en pie, Más Madrid y PSOE), así como la cintura de Ciudadanos asumiendo un papel de bisagra fundamentado en lo que antaño muchos anhelaban; un partido no independentista o nacionalista con el que pactar y gobernar. La pregunta será si, con el equivalente a 66 escaños el PP podrá  jugar o no ese papel.

Seamos cautos, gestionemos bien las expectativas y no abracemos el excesivo entusiasmo. El tablero en el que jugábamos a la política está cambiando, incluso los jugadores son diferentes. Asumamos que seguimos pivotando. A buen seguro, aquellas formaciones sin representación actual en municipios y cámaras de representación regional y europea tendrán mucho que celebrar por su entrada institucional. Otras respirarán por haber contenido una debacle y alguna, por fin, hasta gobernará en enclaves estratégicos.

  • Gustavo F-Mazarambroz de Arespacochaga es Experto en Relaciones Internacionales y colaborador en diversos medios y think-tanks.

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