Tenían razón: no había pan para tanto chorizo

Tenían razón: no había pan para tanto chorizo

Cualquiera que hubiera encendido el televisor en 2013 en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria se habría dado de bruces con el drama de los desahucios. La hecatombe social de aquel año se tradujo en seis millones de parados y 67.189 desalojos. En las imágenes que ofrecían los telediarios se podía ver a activistas pegándose con la Policía intentando frenar las ejecuciones inmobiliarias que condenaban a miles de familias a perder sus hogares. Vestían camisetas con el lema  Stop Desahucios y pertenecían a la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca (PAH). Bajo el disfraz de una buena causa, luego supimos que esos idealistas no eran otra cosa que mercenarios apadrinados por el chavismo que se aprovechaban del sufrimiento de millones de españoles azotados por la crisis para medrar en política.

Entre aquellos desaprensivos figuraban Irene Montero y Rafa Mayoral, futuros líderes de Podemos. Mayoral poseía una gestoría llamada Kinema que prestaba asesoramiento jurídico sobre los desahucios sufridos por ciudadanos ecuatorianos. Como desvela en exclusiva OKDIARIO, el Gobierno del ecuatoriano Rafael Correa pagó 394.000 euros a Kinema por este asesoramiento en pagos que fueron realizados entre los años 2013 y 2014 a través de la Embajada de Ecuador en España. Es decir, que mientras familias enteras se quedaban en la calle, Mayoral y los suyos se hacían de oro con los contratos pactados con el bolivariano Correa, interesado en extender los tentáculos del chavismo en España con el dinero que saqueaba a sus compatriotas. Mientras la crisis de los desahucios crecía exponencialmente, Kinema triplicaba sus ingresos desde Ecuador. Tenían razón: no había pan para tanto chorizo.

Este periódico lleva más de un año informando sobre los pagos que Correa hizo a la telaraña podemita con el objetivo de instalar unas siglas chavistas que desestabilizaran a una de las economías más importantes de la UE. Y lo hizo a través de una tupida red de asociaciones, chiringuitos y fundaciones tapaderas en las que brillaban con luz propia la fundación CEPS y el think tank CELAG, bajo el control de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, respectivamente, ambos con contacto directo con el tirano ecuatoriano.

Para conseguir implantar un Gobierno en la sombra en España, Correa llegó a contar con un presupuesto de 247 millones de euros destinado a descubrir jóvenes talentos de la izquierda populista a los que les ofreció -como informó OKDIARIO- becas con todos los gastos pagados bajo el Programa Prometeo. Aquellos activistas callejeros que financió Correa hoy ocupan sillones en el Consejo de Ministros disponiendo a su antojo de presupuestos millonarios, a los que hay que sumar escaño, nómina, dietas, asesores, escoltas, casoplón y coche oficial. Sólo cabe preguntarse si los españoles habrán aprendido la lección o si, por el contrario, seguirán dejándose estafar por esta chusma.

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