Solidez en las carteras clave y politiquería en las menores

Solidez en las carteras clave y politiquería en las menores

Pedro Sánchez ha confeccionado un Gobierno muy potente en lo técnico y con algunas sombras. El secretario general del Partido Socialista ha sabido asignar las principales carteras a personas de contrastado prestigio. Uno de los grandes fichajes es Fernando Grande-Marlaska como nuevo ministro del Interior. Un hombre que ya fue propuesto por el Partido Popular al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y que con los socialistas ocupará una de las carteras con más peso en nuestro país. Grande-Marlaska tendrá que aplicar todo su conocimiento y experiencia en problemas tan apremiantes como el separatismo en Cataluña y País Vasco o el final total de ETA. No obstante, está sobradamente preparado, ya que a lo largo de su carrera ha tenido casos tan importantes como el procesamiento de Arnaldo Otegi o la instrucción del caso Faisán. Otro de los grandes aciertos de Sánchez es la designación de Josep Borrell para ocupar una cartera tan importante como la de Exteriores.

Un hombre de excelente currículo y mayor experiencia que es ingeniero aeronáutico, doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Matemáticas Empresariales. Con esa cabeza privilegiada se ha erigido también en una de las referencias más sólidas del constitucionalismo en Cataluña ante las veleidades golpistas. Al igual que él, Margarita Robles también es una garantía para el nuevo Ejecutivo. Con la cartera de Defensa en la mano, su gestión del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) es una garantía de que La Casa no se convertirá en un Estado dentro del propio Estado. ¿Qué decir de Nadia Calviño? Alta funcionaria de la Comisión Europea habla cuatro idiomas y conoce como pocas personas el corazón económico de Europa. Una garantía de gestión, amén de una imprescindible proyección internacional.

No obstante, este Ejecutivo que tendrá que resistir el enorme hostigamiento de sus socios radicales también tiene puntos débiles. Es la parte en la que Pedro Sánchez ha tratado de cumplir con cuotas internas de la formación de Ferraz más que seguir buscando la excelencia, como en los casos anteriores. Uno de esos perfiles es el de María Jesús Montero. Esta andaluza ocupará la cartera de Hacienda, entre otras cosas, por ser uno de los principales apoyos de Susana Díaz. Montero debe ser muy cuidadosa a la hora de aplicar un impuestazo que podría acabar con el espectacular avance económico que ha experimentado España en los últimos años. En ese sentido, sería bueno que siguiera la senda de una mujer tan cercana a Bruselas como es Nadia Calviño. Tampoco parece el mejor perfil posible Carmen Montón. La nueva ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar ha sembrado serias dudas de su capacidad debido a una gestión bastante deficitaria en la Comunidad Valenciana.

Su gran valor, seguramente, sea su apoyo incondicional a Pedro Sánchez frente al escepticismo que siempre ha mostrado Ximo Puig. Este ejecutivo debe ser muy exquisito en las formas y en el fondo para convencer a los españoles. En ese sentido, perfiles como los de Pedro Duque, Màxim Huerta o José Luis Ábalos otorgan cercanía con los ciudadanos. Sin embargo, ha de vigilar muy bien las veleidades de sus socios y evitar que los puntos oscuros de su Gobierno se conviertan en grandes sombras. Así, sería deseable que declaraciones de corte nacionalista como las de Isabel Celaá se dieran el menor número de veces posible. Desde luego, si son Borrell, Robles o Grande-Marlaska los encargados de llevar el peso del Gobierno, Pedro Sánchez puede soñar con un proyecto a medio plazo a pesar del difícil puzle aritmético que tiene entre las manos.

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