Si esto es un «triunfo de la democracia»…

Si esto es un «triunfo de la democracia»…

Con los datos en la mano, no puede afirmarse en ningún caso que el «cese definitivo» de la actividad armada de la banda terrorista ETA, anunciado el 20 de octubre de 2011, fuera un triunfo de la democracia. En una democracia firmemente asentada, sería imposible que de los 699 etarras que en ese momento cumplían penas de prisión, sólo queden 180 en la cárcel. Casi nueve años después, uno de cada cuatro terroristas está en libertad. ¿Triunfo de la democracia? En ningún caso. Con EH Bildu más fortalecido gracias a la aritmética que necesita el PSOE en las Cortes, los  herederos políticos de ETA tienen más influencia que nunca mientras la mayoría de los pistoleros campan libremente a sus anchas.

La estadística es reveladora: de aquellos casi 700 etarras presos en 2011, contando las cárceles de España y Francia (559 y 140 respectivamente), el goteo de puestas en libertad y cumplimientos de condena ha sido incesante. El ritmo de excarcelaciones se ha acelerado durante este año. Especialmente desde esta primavera, coincidiendo con el estado de alarma y la crisis del coronavirus. Desde el pasado mes de junio han quedado en libertad 13 presos etarras más. Es más: desde que Pedro Sánchez llegó al poder en junio de 2018, el Ejecutivo  ha acercado en torno a 80 presos de ETA a cárceles del País Vasco o próximas a este territorio.

Casualmente, el ritmo de acercamientos comenzó a aumentar la pasada primavera, coincidiendo con el momento en que EH Bildu negociaba con el PSOE prórrogas al estado de alarma. La pasada semana se producía un pico de acercamientos, con el traslado de un total de 6 presos de ETA. La razón: la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Votos por presos: es el canje ignominioso que ha decidido el Gobierno socialcomunista.

Visto lo visto, si hiciéramos el ejercicio de echar atrás la memoria y volver a aquel 20 de octubre de 2011, cuando ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada, lo del «triunfo de la democracia» resulta un sarcasmo.

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