Sánchez pone España en liquidación

Sánchez pone España en liquidación

El PSOE y el PNV firmaron un acuerdo de doce puntos en los que, bajo una redacción calculadamente ambigüa, el Gobierno vasco obtenía la mayor cuota de autogobierno desde el Estatuto de Guernica de 1978. Sánchez, con tal de asegurarse La Moncloa, pasó por el aro de todas y cada una de las reivindicaciones de los nacionalistas. Les dio todo: de menor a mayor, la titularidad de la autopista A-68, el seguro escolar, los productos farmacéuticos,  las ayudas a la jubilación a las empresas con expedientes de regulación de empleo, la gestión económica de los puertos, aeropuertos y de la Seguridad Social. Les habría dado la Luna, si pudiera. Un catálogo interminable de cesiones que el PNV quiere cobrarse pronto para vender el logro ante su parroquia.

La gestión de los aeropuertos es lo que ocupa ahora al PNV. Después de que los separatistas catalanes hayan exigido, con bastante éxito, por cierto, la gestión económica de El aeropuerto de El Prat, los nacionalistas vascos han redoblado sus peticiones para que Sánchez se avenga pronto a darles lo pactado. Quieren hacerse con el control de los aeropuertos vascos y lo quieren ya.

La Constitución establece en su artículo 149 que el Estado tiene competencia exclusiva sobre aeropuertos y puertos de interés general. La trampa que planea el Gobierno, todo un fraude constitucional, es considerar que El Prat en Barcelona (52 millones de pasajeros al año)  Sondica en Bilbao (6 millones de pasajeros) o Foronda en Vitoria (el cuarto de España en mercancías) no son de interés general. Alucinante.

El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez está dispuesto a entregar las competencias exclusivas del Estado consagradas en la Constitución para mantenerse en el poder. Una estrategia de jibarización del Estado que amenaza con  convertir a España en una nación menguante. El PNV, que puede salir reforzado en las próximas elecciones autonómicas, sabe que nunca encontrará una oportunidad como esta para conseguir ahora lo que lleva reclamando desde hace décadas.

 

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