Sánchez financia las chorradas de Igualdad y los chequevotos a costa de dejarnos a oscuras

Sánchez Igualdad

El Gobierno ha vetado la tramitación en el Congreso de una ley del Partido Popular que proponía convertir en permanentes las reformas fiscales de carácter temporal que el Gobierno acordó para reducir el recibo de la luz. Proponen los populares extender de forma prolongada la reducción del IVA eléctrico para mantenerlo en el 10% y suspender el Impuesto de Generación Eléctrica que grava hasta un 7% la factura, además de trasladar los ingresos de los derechos de CO2 al recibo eléctrico para reducir su coste. Todas estas medidas servirían para abaratar la factura en un 20%. El Gobierno sanchista ha argumentado que implementar esas medidas tendría un coste negativo para el Estado de 872 millones de euros y que, además, mantener de forma permanente el IVA en el 10% requeriría el visto bueno de Bruselas, algo que es tan mentira como que era imposible bajarlo del 21 al 10%, que es lo que argumentó durante meses antes de tener que rendirse a la evidencia.

Lo que ocurre -la cruda realidad- es que Sánchez necesita esos  872 millones de euros para seguir regando el chiringuito del Ministerio de Igualdad, que el año que viene tendrá un presupuesto de 525 millones de euros, y para pagar la compra de votos de a través del bono cultural de 400 euros que el Ejecutivo destinará a los jóvenes que en 2022 cumplan 18 años y para las ayudas de 250 euros previstas para el alquiler  Las estimaciones más moderadas hablan de un coste para las arcas públicas de 200 millones de euros para la primera de estas medidas y de 225 millones para la segunda. En total, 425 millones de euros que, sumados al  dispendio del Ministerio de Irene Montero -que todo lo que recibe lo reparte entre sus amiguetes a través de una tupida red de intereses creados- asciende a más 900 millones de euros, prácticamente la cantidad que dejaría de ingresar el Estado si se aprobara la ley del PP para reducir la factura de la luz en un 20%.

Conclusión: el precio de la factura eléctrica bajaría un 20% con carácter permanente si Sánchez suprimiera el Ministerio de Igualdad -sólo lo sentirían los amigos/amigas/amigues de Irene Montero- y renunciara a los ‘chequevotos’. Así de sencillo.

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