Y a Rita Barberá la persiguieron por un bolso…

Y a Rita Barberá la persiguieron por un bolso…

El cerco se estrecha sobre el alcalde de Valencia, Joan Ribó, y su equipo municipal de colaboradores. Un testigo de la causa judicial abierta por la estafa a la Empresa Municipal de Transportes ha asegurado  que los máximos responsables del ente público accedieron a las cuentas bancarias desde las que se realizaron las transferencias a una mafia china. Pudieron descubrir la estafa a los pocos días de comenzar, pero no lo hicieron, pese a ser alertados de las operaciones bancarias fraudulentas que se han traducido en un saqueo de las arcas municipales de 4 millones de euros.

El inicio de la estafa se remonta a principios del pasado mes de septiembre, cuando una funcionaria de la EMT recibió una serie de correos electrónicos. En ellos, una banda china de estafadores se hacía pasar por un abogado vinculado con el concejal de Compromís, Giuseppe Grezzi, estrecho colaborador del alcalde. La funcionaria les creyó y comenzó a procesar las transferencias bancarias a dos cuentas de un banco de Hong Kong.

El Ayuntamiento ha hecho lo más fácil y también lo más injusto: derivar cualquier responsabilidad sobre la empleada pública y exonerar de cualquier falta a la dirección de la EMT y a los propios responsables del Ayuntamiento.Dicho de otro modo: ha entregado la cabeza de una funcionaria para salvar su propio pellejo político. Así se las gasta la izquierda radical: cargando sobre el eslabón más débil el peso de un escándalo que si afectara a un Ayuntamiento del PP habría sido transmitido en directo, en horario de máxima audiencia, por las terminales mediáticas de la izquierda.

A Rita Barberá la crujieron por un bolso, una cacería en toda regla que no cesó hasta su muerte, pero las mismas terminales mediáticas pasan ahora por alto el fraude de 4 millones de euros en el Ayuntamiento de Valencia, donde gobierna la izquierda radical de Compromís.

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