El Rey no es un muñeco, Pedro Sánchez

El Rey no es un muñeco, Pedro Sánchez

Pedro Sánchez ha decidido ahora llevarse al Rey de visita oficial a Barcelona para acudir a un acto montado desde el propio Ejecutivo a través del Consorcio de la Zona Franca. Y lo hará en una fecha altamente simbólica, a pocas horas del 12 de octubre, Fiesta Nacional. Se trata, obviamente, de un intento del Gobierno de lavar su cara después que decidiera confinar al Rey, vetando su asistencia en Barcelona al acto de entrega de despachos a la promoción de nuevos jueces, un hecho insólito en democracia que sirvió para que el sector podemita del Ejecutivo, con  el ministro Alberto Garzón a la cabeza, arremetiera contra el jefe del Estado.

Sánchez vuelve así a instrumentalizar en beneficio propio la figura del Rey, al que confina y desconfina a su antojo, lo que supone una utilización intolerable de la figura de Felipe VI. Consciente de que los partidos constitucionalistas cargarán duramente contra el Gobierno durante la moción  de censura de Vox por el veto al Monarca, Sánchez pretende ahora trasladar la idea de que las relaciones con el jefe del Estado se enmarcan dentro de la normalidad institucional. Pura estrategia partidista sirviéndose, una vez más, del Rey.

Resulta obvio que si  Sánchez no permitió hace días que el Rey viajara a Barcelona fue por la imposición de los golpistas catalanes, que en vísperas de la decisión del Supremo de inhabilitar a Quim Torra consideraban una afrenta la presencia del jefe del Estado en Cataluña. Ahora que Sánchez está dispuesto a tramitar  el indulto a los políticos presos por sedición -algo que han aplaudido los separatistas-, el presidente del Gobierno levanta el veto al jefe del Estado y se lo lleva a Barcelona dentro de una estrategia de instrumentalización constante de la figura de Felipe VI, al que esconde o enseña según las circunstancias y siempre en su propio beneficio. El Rey no es un muñeco, Pedro Sánchez.

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