Quien se rinde a los golpistas y habla como un golpista…

Quien se rinde a los golpistas y habla como un golpista...
Quien se rinde a los golpistas y habla como un golpista...

El presidente del Gobierno ha pronunciado en el Congreso de los Diputados una frase que es la cima de la ignominia y la indignidad al referirse a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado enviados a defender la ley en Cataluña durante el referéndum ilegal del 1 de octubre como piolines, que era la manera que los golpistas llamaban a los policías y guardias civiles. Pedro Sánchez dijo de forma textual lo que sigue: «La diferencia en materia territorial cuando ustedes gobiernan y cuando gobierna el PSOE es que ustedes mandaban piolines a Cataluña y con nosotros la selección española de fútbol puede jugar en Cataluña sin ningún tipo de problema ni polémica».

Escuchar al presidente del Gobierno llamar piolines a quienes velaron por la defensa del marco constitucional frente al desafío secesionista es una desvergüenza que retrata al personaje. Pocas veces en la Cámara Baja, por no decir nunca, un presidente del Gobierno se había dirigido con tanto desprecio a la Policía y la Guardia Civil, instituciones donde la despectiva y miserable  alusión del jefe del Ejecutivo ha provocado una lógica indignación.

Sánchez ha cometido la tropelía de utilizar la nomenclatura que emplearon los golpistas para referirse a los agentes que se alojaron en el popular barco para reforzar la seguridad ante el referéndum ilegal separatista del 1 de octubre de 2017. Se trata de un término utilizado habitualmente de manera denigratoria por el independentismo contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Llegados a este punto, la pregunta no puede ser otra: ¿Alguien que se pliega a los golpistas y habla como los golpistas, qué es? La respuesta es sencilla. Nunca un presidente del Gobierno se había atrevido en la sede de la soberanía nacional a humillar a quienes tienen el mandato constitucional de defender el régimen de libertades consagrado en la Carta Magna. Y Sánchez lo ha hecho en una portentosa exhibición de vileza. No cabe mayor miseria moral

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