Por qué Sánchez no va a investigar al Rey Emérito

Por qué Sánchez no va a investigar al Rey Emérito

Si hay que creerse al Gobierno del PSOE, lo cual es mucho decir, Sánchez no va a apoyar la Comisión de Investigación sobre los negocios del Rey Emérito que sus socios de Podemos y Esquerra Republicana de Cataluña han registrado en el Congreso de los Diputados. Las fuentes de este cronista son cercanas a Patxi López, el socialista que preside con su proverbial torpeza todo hay que decirlo, otra Comisión, la de Reconstrucción o cosa así, en el propio Parlamento. No es de creer que López, un tipo que guarda por Sánchez el mismo aprecio que podamos cobijar hacia él cualquiera de nosotros, tenga diferente opinión a la del Gobierno, pero, en todo caso, hay que asumir su negativa con pinzas, sobre todo después de escuchar el miércoles al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, proclamar la existencia de una “crisis constituyente” en España. Sus posteriores matizaciones no desmienten desde luego la primera de sus aseveraciones; antes bien, se refugia en el socorrido “contexto” para salir del paso de un lapsus freudiano muy sugestivo. Por esto, conviene relativizar el adelanto de López, un político que, por lo demás, no cuenta con la cercanía de Sánchez, al que se enfrentó con dureza en las Primarias del PSOE.

En todo caso, si su pronóstico se ratifica, se producirá una nueva confrontación entre las dos facciones del Gobierno: la de Sánchez, y la de los comunistas de Podemos. Una disputa sobre un tema nuclear: la institucionalidad española. No hay que resultar un lince para adivinar que Iglesias y su equipo de apoyo formado por su allegada Irene Montero, el vocinglero ultraizquierdista Monedero y el singular Echenique, le van a echar redaños a esta Comisión en la que, según parece, el objetivo no sería personalmente Don Juan Carlos de Borbón, sino la propia Corona y la misma Constitución del 78. ¿Entraría el PSOE en ese jardín? No, pero con algún matiz: por lo pronto, se aprecia una cierta “indolencia” (el término no pertenece al cronista, sino a la fuente consultada) a la hora de defender no ya al Rey Emérito, que tiene que emplearse a fondo en el Supremo para justificar su comprometida inocencia ante las continuas revelaciones exclusivas de este periódico, si no a la propia Monarquía. Otra fuente socialista me refiere al respecto: “Es como si no fuera con nosotros”. Pero va con ellos.

Va con ellos, no vaya a ser que la ocasión sea aprovechada para rescatar del olvido generoso algunos episodios que datan de los tiempos de Presidencia de Felipe González. En su última época, ya fuera de la Casa del Rey, el que fue su jefe durante muchos años, el general Sabino Fernández Campo, relataba las concomitancias económicas, llamémoslas así, del propio monarca. En una ocasión, según decía, el presidente del Gobierno se dirigió al general pidiéndole que cumpliera con este extraño encargo: “Oye, Sabino, dile a Manolo Prado que del veinte por ciento, nada, que con el dos por ciento es suficiente”. Fernández Campos, según propia confesión, le respondió: “No sé de qué me hablas, y ese recado no soy yo la persona idónea para transmitirla”.  El porcentaje: ¿a qué comisión se refería? Casi seguro que alguna relacionada con la Expo de Sevilla, que gobernaba un tipo, Jacinto Pellón, denominado castizamente “Pillón”. Quizá fuera por algo. Eran los tiempos en que el hombre de mayor confianza de Don Juan Carlos, fuera de La Zarzuela, era Manuel Prado y Colón de Carvajal que incluso en un momento tuvo que pasar por la cárcel a cuenta de sus vinculaciones con Javier de la Rosa. Todo el negocio que se movió en aquellos tiempos era conocido (y alentado) desde Moncloa. Por la Zarzuela merodeaba mucho personal, por ejemplo, Constantino de Grecia que pretendió vender a España toda una serie de coches blindados. No hubo comercio: la Guardia Civil los probó en los Montes de El Pardo y la chapa de aquellos armatostes se comportó como si fuera de celofán. Las comisiones se quedaron en nada. Otro que andaba por allí era Simeón de Bulgaria que, según advertía un profesional del Palacio: “Se está forrando con nosotros”. El PSOE de González participaba del lucro. No sería extraño pues que Pablo Iglesias, ahora al corriente de casi todo lo que se trama en el Centro Nacional de Inteligencia, pudiera tener noticias de estos turbios asuntos y, desde luego, pusiera en una incómoda situación a sus socios de Gobierno del PSOE.

Sea por esto o por lo antedicho, es muy probable que lo adelantado por Patxi López sea cierto: el PSOE no abonará la investigación sobre el Rey Emérito en el Congreso de los Diputados, lo que causará un nuevo estallido en las relaciones bilaterales del Gobierno del Frente Popular. Todo esto si, como avisó el ministro de Justicia el pasado miércoles, no entramos en un periodo “constituyente” para resolver la “crisis” que, a su juicio, sufre nuestro sistema democrático. Si, en términos coloquiales, se abre este melón puede ocurrir cualquier episodio inesperado, por ejemplo, que se ponga en solfa la propia existencia del actual modelo de Estado. Pedro Sánchez es un narcisista patológico que gobierna el país como si estuviera en un régimen presidencialista por eso no es imposible que se incline por esta forma organizativa, que se quite de en medio a la Corona a la que ya, por otra parte, tiene enormemente ninguneada. Con él todo puede ser. Hasta la mayor abyección.

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