En el PSOE es nombrar a Almeida y huir en desbandada

En el PSOE es nombrar a Almeida y huir en desbandada
En el PSOE es nombrar a Almeida y huir en desbandada

No hay nadie que quiera enfrentarse a José Luis Martínez-Almeida en las listas del PSOE. El último en darle calabazas a Pedro Sánchez ha sido el poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que se ha excusado con el argumento de que la labor que desempeña en la actualidad le satisface plenamente y encaja más en su perfil. Una forma educada de escurrir el bulto. Antes que García Montero ya fueron los ministros Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, Félix Bolaños y Pilar Llop los que se quitaron del medio. Y es que en el PSOE es oír el nombre de Almeida y huir en desbanda. Faltan siete meses para los comicios municipales y pocos días para convocar las primarias en el PSOE y la sensación es de vacío total. Es más: muchos cruzan los dedos ante el riesgo que se produzca una llamada que les coloque en la encrucijada de tenerle que decir «no» a Sánchez. La situación para el socialismo es preocupante, aunque desde el PSM insisten que «el candidato ya está elegido y se comunicará cuando estratégicamente se considera oportuno», un argumento que no se compadece con el hecho de que se siga llamando a la puerta de este o de aquel para convencerles de que den el paso.

García Montero era la última gran esperanza de Sánchez, hasta el punto de que en un acto de homenaje en el Ateneo a la fallecida Almudena Grandes, la que fuera pareja del poeta, el presidente trató de aprovechar la ocasión para convencerle. Ni por esas. La única que parecía dispuesta era Mercedes González, delegada del Gobierno en Madrid, pero Sánchez le retiró su confianza. O sea, que para una que se presta… El tiempo apremia y ahora las miradas apuntan al grupo municipal del PSOE, donde destacan Mar Espinar y Emma López, pero el problema es que Sánchez no está muy por la labor. Al final, no se descarta una sorpresa tipo Pepu Hernández, aunque la experiencia del entrenador de baloncesto metido a político fue un rotundo fracaso. Lo que está claro es que Almeida mete miedo en las filas del PSOE. Nadie quiere enfrentarse al alcalde. Será por algo.

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