Opinión

El PSOE, cómplice de Batasuna

Ninguno de los procesos de blanqueamiento de ETA puestos en marcha desde la negociación con la banda terrorista y Zapatero, es más poderoso que la falta de memoria personal y colectiva. Bajo la amnesia más absoluta, una mujer podría llegar a enamorarse de su propio violador si éste tuviera la oportunidad de programársela y seducirla un día cualquiera en la cafetería de la esquina, un homosexual podría trabajar denodadamente para un jefa homófoba que le hubiera llamado “maricón de mierda”, o el padre del “pequeño Gabriel” podría pasar un platónico fin de semana en Paris con Ana Julia Quezada, la asesina de su hijo. Gracias a la amnesia de muchos que olvidaron la sentencia del Tribunal Supremo de 2011, gracias a la ignorancia de demasiados que jamás se leyeron, y a la connivencia de otros que la enterraron, hoy, tu cuñado de 43 con síndrome de Peter Pan te dice en la paella del domingo que ETA se ha acabado, e Isabel Celaá repite desde el púlpito ministerial que “los escaños de Bildu son legales y legítimos” 19 años después de que la ETA volara por los aires a su jefe en la consejería de Educación del País Vasco, Fernando Buesa, junto a su escolta Jorge Díez en Vitoria.

La Sala del 61 del Tribunal Supremo impedía entonces la presencia
de Bildu en los comicios electorales del 22 de mayo de 2011
por considerar que la coalición de Eusko Alkartasuna y Alternatiba se había erigido como “un cauce simulado y fraudulento para soslayar la ilegalización judicial del brazo político de ETA y así permitir el acceso de Batasuna/ETA a las instituciones representativas”, sentenciaba que “Bildu había sido auspiciada por la misma ETA”, que “sus candidatos independientes actuaban como testaferros de Batasuna en un contexto de en el que las timoratas condenas a la violencia “habían sido
incluso recomendadas por ETA».

Hoy, Bildu no es auspiciado por ETA, sino por Sánchez, que tras empolvar al terrorista Otegi esta noche para que brille rutilante en el set de RTVE, acabará recibiendo en Moncloa al secuestrador de Javier Rupérez y tiroteador de Gabriel Cisneros. Bildu es auspiciado por la ministra de Justicia Lola Delgado quien, tras declarar que “Bildu ha aceptado la Constitución, pero Vox la ha rechazado en parte”, ha sido reprobada por el filoetarra de Bildu en el Congreso de los Diputados, Oskar Matute. “Oye Lola, no me jodas la plana, que somos etarras de ralea y la ejecución de 900 personas ha sido un trabajazo de puta madre”.

Hoy, Bildu es auspiciado por todos y cada uno de los varones de PSOE que callaron como ratas el día que Eguiguren calificó a Josu Ternera como “un héroe de la retirada”. Hoy, Bildu, es auspiciado por todos y cada uno de los diputados del PSOE que, tras ver como su organización da el poder a Batasuna en Navarra, no romperán la disciplina de voto porque ahora toca casar más de 850 asesinados con su “normalidad democrática”, el eufemismo de volver a enterrar a Fernando Buesa, a Enrique Casas, a Fernando Múgica, a Joseba Pagaza, a Isaías Carrasco, a Juan Priede, a Ernest Lluch, o a Froilán Elespe, para amancebarse con todos los pertenecientes a banda armada que integran las listas de Bildu: Pablo Gorostiaga, condenado por colaboración con la banda terrorista a 9 años de cárcel, Jokin Aranalde, condenado por integración en ETA, Berogi Madarnaz, condenado por integración y número 2 de Bildu al Senado, con la ex alcaldesa de Hernani que dedicó un “chaparrón de aplausos” a los etarras que atentaron con éxito en la T4 de Barajas.

Hoy, el PSOE es un partido partidario de Batasuna que ha ordenado a la directora de RTVE legitimar más de 300 crímenes sin resolver, los impunes actos de homenaje a etarras, el pago de indemnizaciones a los presos batasunos, la actividad terrorista, y el rechazo al desarme real y comprobable.