Otegi, el cómplice de Sánchez

Otegi, el cómplice de Sánchez

El Supremo rebaja la condena de Otegi de 10 años a seis y medio al no considerarle dirigente de ETA y mantiene la inhabilitación hasta el año 2021. El Supremo solo reconoce el delito de pertenencia o integración en ETA. La sentencia de la Audiencia Nacional, cuyas penas rebaja ahora el Supremo, consideraba acreditado que los condenados formaban parte de un grupo de la izquierda abertzale que en plena connivencia y siguiendo las superiores directrices de ETA, en la que se hallan integrados, diseñaban una estrategia de acumulación de fuerzas soberanistas.

En su sentencia, el Supremo señala que el delito de integración y pertenencia no ofrece ninguna dificultad; ya que la organización criminal delegó en ellos la labor negociadora y de aglutinación del sector soberanista del País Vasco dentro de la izquierda abertzale, habiendo seguido las pautas de ETA de forma activa y consciente. Según el alto tribunal, los condenados actuaron bajo su tutela y dirección cuando desplegaron las distintas actividades relacionadas con los hechos, instrumentalizadas de este modo por ETA y a su directo servicio.

Esta información aparecía en la portada de los medios de comunicación el nueve de mayo de 2012. Hoy, siete años más tarde, este tipo que sigue estando inhabilitado por pertenecer a banda terrorista, es el cómplice que utiliza Sánchez para entregar Navarra a quienes quieren romper la España constitucional y democrática.

No es casual que la televisión española que dirige Sánchez por persona interpuesta –Rosa María Mateo- en comandita con los bolivarianos de Iglesias haya entrevistado a Otegi ayer, en plena negociación para formar gobierno en Navarra. Me dirán que Sánchez solo quiere la abstención de los bilduetarras para que la candidata del PSOE en Navarra sea Presidenta junto con los votos de los bolivarianos de Iglesias, de los de IU de Garzón y de los nacionalistas de Geroa Bai.

“Solo” vuelve a ser la palabra clave. Sólo la abstención de los de Otegi; solo miembro de ETA, no dirigente… Los de Sánchez solo negocian con Uxue Barkos, esa Presidenta que utilizó los cuatro años al frente del Gobierno para llevar a las escuelas navarras su obsesión por la promoción del euskera con ayudas injustificadas, campañas institucionales, campañas de acoso a los no interesados, ayudas a los medios de comunicación que lo defiendan,
discriminación positiva a las empresas que lo fomenten… Sánchez solo negocia con el partido con el que ha votado un presidente del Parlamento Foral que hizo su discurso en euskera, en una Comunidad que no es bilingüe y en la que el euskera solo es oficial en la Zona Norte.

Sánchez sólo negocia con un partido coaligado con Bildu (que está en la Mesa del Parlamento gracias al acuerdo con el partido de Sánchez) que ha sido generoso con la escuela pública que tiene implantado el modelo en euskera y cicatero con la escuela pública en castellano con programas en inglés que, además, es la que escolariza al mayor número de alumnos con necesidades educativas.

Esa coalición entre Geroa Bai, los podemitas y los bilduetarras (los que ahora negocian con Sánchez el gobierno de Navarra) ha castigado durante cuatro años a todo aquel que no pensaba en clave nacionalista, dando al euskera un tratamiento que no se corresponde con la realidad del sistema educativo de Navarra, con convocatorias desproporcionadas de plazas en euskera que se han saldado con una sentencia que anulaba cien de ellas.

Vamos, que Sánchez solo negocia con quienes en coalición con los bilduetarras ha logrado que la educación en Navarra haya sido un caos al servicio de sus obsesiones “históricas” y nacionalistas, de “hacer país” para, a partir de ahí, caminar hacia la incorporación de Navarra a Euskadi. No, no es casual que Sánchez preste la televisión pública para limpiar la historia de quienes dirigen Bildu, empezando por Otegi y siguiendo por Pernando Barrena y compañía. No es casual que eso se haga mientras están negociando con quienes quieren utilizar la educación para cambiar la realidad social y política de Navarra, como ya se hiciera antes en Cataluña.

No es casual tampoco el momento elegido, en el momento en el que se prepara el homenaje institucional a las víctimas: han querido dar voz a los verdugos, no vaya a ser que la voz de las víctimas enturbie la campaña de blanqueo de la historia de ETA y todos su protagonistas y pactar con ellos tenga algún coste para Sánchez…

No, nada es casual, aunque todo sea vomitivo. Lean si no las declaraciones de Otegi, ayer mismo, en esa entrevista en la Televisión Pública que pagamos entre todos, respondiendo a la pregunta sobre si pedía perdón a las víctimas: “Lo siento de corazón si hemos generado más dolor a las víctimas del necesario o del que teníamos derecho a hacer”. ¿Puede haber mayor infamia, mayor desprecio a las víctimas, a la memoria colectiva del dolor, al sufrimiento de tantísima gente –más de 350- que aún hoy no sabe quien asesinó a sus seres queridos?

Pues ese tipo, Otegi, un terrorista condenado en firme, es el cómplice necesario de un presidente en funciones que aspira a ser investido en España y está dispuesto a vender Navarra (como ya se ha demostrado con los acuerdos para la Mesa del Parlamento Foral) para conseguirlo. Siempre resultan más peligrosos los que parecen buenos. Es lo que hay.

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