La necesaria ejemplaridad en la vida pública

La necesaria ejemplaridad en la vida pública

Uno de los mayores problemas que tiene en la actualidad la política española es la escasa cualificación profesional y ética de muchos de nuestros representantes públicos. Tanto es así que todos los nuevos partidos políticos, con independencia de su sesgo ideológico, fundamentan su razón de ser en una imperiosa necesidad de regeneración que rompa con la supuesta deriva oligárquica y corrupta de los partidos tradicionales.

Por este motivo, resulta clamorosa la presencia de Rosa María Calvente como número uno de Vox en la candidatura al Ayuntamiento de Marbella. El caso de la señora Calvente es un contra-ejemplo de libro: a su falta de cualificación profesional se añade que la mayoría de su escasa experiencia laboral la ha desarrollado trabajando en la empresa que gestiona un prostíbulo de lujo, llegando a ser su testaferro durante un par de meses.

No parece que este sea el perfil idóneo para representar a una ciudad de la importancia de Marbella. Tampoco da la impresión que una persona con semejante trayectoria vaya a convencer a los potenciales votantes de Vox, una formación de marcado ideario conservador que en su programa electoral de 2016 llevaba en epígrafe con el ilustrativo título de “Prostitución cero”.

Vox Málaga, por coherencia con las propuestas que afirma defender, y por un elemental acto de higiene democrática, debe retirar de cualquiera de sus listas a la señora Calvente. Lo que no puede hacer esta formación, si quiere mantener un mínimo de verosimilitud, es parapetarse bajo genéricas acusaciones de “fake news” contra este diario. Las pruebas que hemos presentado a los lectores son numerosas, públicas y contundentes.

Rendir cuentas de forma clara y transparente ante la opinión pública es una actitud básica en cualquier democracia y Estado de Derecho. Los enrocamientos en el silencio y las teorías conspiratorias son evasivas de bajo nivel, impropias de cualquier partido político que pretenda pasar por serio; y presentar candidatos a alcaldías que han convivido con el turbio mundo del proxenetismo y la prostitución significa promover conductas que atentan contra la dignidad del hombre y la mujer.

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