Líbano nomina al ex ministro Mohammad Safadi como primer ministro

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Manifestación en Líbano.
  • Henar Hernández | atalayar.com

Tras la renuncia de Saad Hariri como primer ministro el pasado 29 de octubre, la ingobernabilidad se había convertido en la nota reinante de Líbano. Una situación que, desde luego, no ha ayudado a sofocar las protestas, activas desde el pasado 17 de octubre y que claman por la instauración de un nuevo sistema político alejado del clientelismo y el sectarismo.

Por ello, las facciones políticas del país se han puesto de acuerdo para nombrar a Mohammad Safadi, exministro de Finanzas y Economía y Comercio como primer ministro. El siguiente paso, una vez que el propio candidato ha aceptado la tarea que le ha sido encomendada, deberá ser la aprobación de esta designación por la Asamblea Nacional, puesto que solo de esta forma, podrá reemplazar de su cargo a Hariri, que actualmente ostenta el cargo de primer ministro interino.

En la reunión, que se celebró este jueves, participaron el propio Hariri, una delegación política sunita alineada con los países occidentales y del golfo Pérsico, y representantes del grupo iraní Hizbulá y de su aliado chiíta Amal, liderados por Ali Hassan Khalil.

Este movimiento se produce tras cumplirse casi un mes desde que estallaran las manifestaciones, que se han tornado violentas ante la imposibilidad del Gobierno de sofocarlas. Así, este miércoles, la represión policial dejaba su primera víctima mortal, Alaa Abou Fakher, un hombre miembro del Partido Socialista Progresista que participaba en las manifestaciones de Khaldeh, al sur de la capital, Beirut. Su funeral y entierro en su ciudad natal de Choueifat, ha sido multitudinario, en un gesto del pueblo libanés en rechazo del recrudecimiento de la violencia. A la ceremonia asistieron el diputado Taymour Jumblatt; el ministro de Educación, Akram Chouhayeb; y una gran cantidad de figuras libanesas, tanto políticas como sociales, de acuerdo con la televisión local LBCI.

La llama de la indignación se prendió de forma virulenta este martes, cuando el presidente del país, Michel Aoun, realizó unas declaraciones en una entrevista que no fueron aceptadas por el pueblo libanés: rechazaba la posibilidad de formar un gabinete totalmente tecnócrata; adoptaba una postura conciliadora con Hizbulá, a quien se le acusa de dinamitar las manifestaciones; y desmentía, en parte, la emergencia económica que sufre el país, que ha llegado encontrarse al borde de la bancarrota.

En la misma entrevista, que se retransmitió por todos los canales de la nación, el mandatario también anunció que iba a convocar consultas parlamentarias para nombrar un nuevo primer ministro el jueves o el viernes, si las partes interesadas respondían “positivamente a las propuestas”.

Fruto de esta voluntad, ha surgido el nombramiento de Safadi, que ha contado con el respaldo de todo el espectro político, incluyendo a Hizbulá y los movimientos chiítas, a pesar de que estos defendían la vuelta de Hariri a la cabeza del Ejecutivo, con el fin de mantener el establishment en la gobernanza.

Según ha comunicado Bloomberg, citando a la televisión local LBCI, el nuevo gabinete estará compuesto por una combinación de tecnócratas -una de las principales reivindicaciones de los manifestantes, si bien estos abogaban por un gobierno totalmente de este estilo-, y representantes de los principales partidos políticos (el cristiano ortodoxo y maronita Movimiento Patriótico Libre, el musulmán sunita Movimiento Futuro y los musulmanes chiítas Hizbulá y el Movimiento Amal, entre otros). Esta distribución, en la que sigue habiendo presencia de formaciones políticas arraigadas en el gobierno, perpetúa la tradición del reparto de poderes en el sistema político del Líbano, instaurado en 1989 por el Acuerdo de Taef tras la guerra civil. Así, tradicionalmente, el presidente en el Líbano siempre ha sido cristiano maronita -Michel Aoun profesa esta religión-, el presidente del parlamento musulmán chiíta y el primer ministro musulmán sunita.

Por ello, el anuncio de este gabinete no ha sido bien recibido por los manifestantes, que han vuelto a copar las principales arterias de las ciudades libanesas para exigir “un cambio más profundo”. cAdemás, Safadi “forma parte de la clase política que los manifestantes quieren expulsar”, exponen desde Gulf News. Tampoco se ha abordado hasta el momento cómo gestionar las reivindicaciones de las protestas antigubernamentales, basadas, fundamentalmente, en la lucha contra la corrupción de la élite política.

Lejos de apaciguarse los ánimos, parece, entonces, que la llama de la revolución está más encendida que nunca, ahora que los niveles de represión policial han disminuido al producirse la primera víctima mortal. El ministro de Defensa, Elias Bou Saab, ha advertido, en este sentido, que “las tensiones en los cierres de calles y carreteras nos han recordado lo que sucedió en 1975 [con la guerra civil], por lo que la situación es muy peligrosa”.

“Los manifestantes tienen el derecho a protestar y a ser protegidos, pero el Ejército y los servicios de seguridad no pueden tolerar la violencia”, ha señalado al respecto el funcionario.

¿Quién es Mohammad Safadi?

A sus 75 años, Safadi cuenta con una larga trayectoria en la vida política de Líbano. Su carrera comenzó en los años 2000, cuando fue elegido por primera vez como diputado. Posteriormente, en 2008, fue nombrado como ministro de Economía y Comercio en el gabinete de Fouad Siniora, el primer ministro que fue respaldado por el bloque occidental. Un año más tarde, con la entrada de Hariri en el gobierno, fue reafirmado en su cargo, hasta el año 2011, cuando reemplazó dicha cartera por la de Finanzas hasta el año 2014.

Safadi también está vinculado a Sariri en la medida en la que formó parte de la alianza denominada “14 marzo”, la cual surgió tras el asesinato de Rafik al-Hariri en 2005, el padre del ex primer ministro. El movimiento organizó protestas contra la presencia de fuerzas sirias en el país y luego continuó su lucha contra la injerencia iraní en la estructura estatal y en todas las capas de la sociedad.

En cuanto a sus lazos con los vecinos regionales, cabe destacar que, según ha revelado Reuters, “un cable de la Embajada de Estados Unidos en 2009 publicado por WikiLeaks definió a Safadi como un hombre cerca de la familia real saudí, pues había hecho su fortuna en Arabia Saudí”.

En esta línea, es conveniente recordar que Safadi, “a la vista del público, es el campeón del escándalo de Zaytuna Bay, siendo uno de los sospechosos involucrados en el famoso acuerdo de Yamamah sobre corrupción entre Reino Unido y Arabia Saudí”, como expone el medio local Al-Akhbar. Esta es una de las razones por las que ha sido rechazado por el pueblo libanés.

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