La incansable actividad de la Reina Sofía

Carmen Enriquez

La Reina Sofía acaba de cumplir 83 muy bien llevados años, una edad más que respetable en la que la mayoría de las personas apuestan por reducir su actividad personal y optan por dejar de realizar muchas de las acciones que desempeñaban en otras etapas anteriores de sus vidas. Pero la madre del actual monarca ha decidido que su objetivo vital de siempre y que ella ha puesto por delante de todo: el ser útil a los demás, siga siendo su prioridad absoluta. Servir a la institución de la Corona, atender a todos los miembros de su familia y ayudar en lo que sea posible a los sectores más vulnerables de la sociedad son los tres grandes retos que han prevalecido a lo largo de sus más de ocho décadas de vida.

Así pues, igual vemos un día como doña Sofía recorre una playa con una bolsa para limpiarla de todo tipo de desechos que visitando una de las sedes existentes en todas las provincias españolas de los Bancos de Alimentos. Ella colabora con estas organizaciones con un apoyo doble: por una parte hace donaciones periódicas para construir cámaras frigoríficas donde se pueden guardar alimentos perecederos, y por otra, visita poco a poco cada una de las sedes de los bancos existentes en todo el territorio español. Para hacerlo, viaja acompañada de dos o tres personas de su equipo en el Ave y cuando termina la visita a una hora próxima al mediodía, se acerca a almorzar con su ellos a un restaurante normal y corriente de la ciudad.

La Reina emérita ha sido siempre un punto de conexión para su familia: sus tres hijos y sus ocho nietos, a los que quiere por igual. A pesar de las tensiones que se han vivido en el seno de la familia en los últimos años –el divorcio de la Infanta Elena, el juicio y la condena a prisión de Iñaki Urdangarín, el accidente de don Juan Carlos en Botswana que dejó al descubierto su relación extramatrimonial con Corinna Larsen, o la abdicación de don Juan Carlos para salvar la institución de la monarquía- ella ha sido el nexo de unión familiar a pesar de los desgarros internos que se produjeron en la última década.

A pesar de todo lo ocurrido, doña Sofía mantiene su relación con todos ellos. Con don Juan Carlos, que le ha hecho sufrir mucho por su alejamiento y su conducta poco ejemplar, sigue manteniendo contacto a pesar de la distancia que les separa, lamenta lo que le ha ocurrido y sigue sintiendo por él un profundo cariño. Ella desea que su marido pueda regresar a España y lamenta la soledad que rodea ahora al Rey emérito y su estado de salud que afecta mucho a su movilidad. Si no va a verle es porque no quiere ser desleal con su hijo y perjudicar a la institución de la Corona. Lo que sí hace sufrir muchísimo a la madre de Felipe VI es que se ponga en duda su honestidad y piense que ella ha participado en alguno de los movimientos económicos opacos y presuntamente ilegales de su marido. Ella nunca ha recibido conscientemente ayuda dineraria de don Juan Carlos sino que ha utilizado la cuenta bancaria en la que se le deposita la asignación que le corresponde como miembro de la Familia Real. Y quiere que eso quede absolutamente claro.

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