«Impuesto a los ricos»: puro populismo fiscal

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"Impuesto a los ricos": puro populismo fiscal

La historia es sencilla. El PP sorprende al Gobierno con una rebaja de impuestos en Andalucía (con supresión del Impuesto del Patrimonio) y Murcia, que siguen los pasos de Madrid, con una sensible reducción de la carga fiscal. Y el Ejecutivo socialcomunista responde con el anuncio de un nuevo «impuesto para ricos» -propuesta que en su día hizo Podemos y que el PSOE rechazó- en un intento de trasladar a la opinión pública que su modelo impositivo se orienta a defender a los más desfavorecidos y a castigar a los poderosos, mientras que el PP está exclusivamente al servicio de los que más tienen.

Lo que esconde el socialcomunismo es que en Madrid y en Andalucía, por ejemplo, el conjunto de los ciudadanos, sin excepción, paga menos con independencia de su nivel de renta, amén de que impuestos como el de Sucesiones están bonificados. Es decir, la carga fiscal es sensiblemente inferior a la que soportan los ciudadanos gobernados por la izquierda. Lo del «impuesto a los ricos» no es otra cosa que puro populismo fiscal, porque lo que se recaudaría por esta nueva figura impositiva -de dudosa legalidad- sería una cantidad meramente simbólica. Y hay más: si el «impuesto a los ricos» se solapa con el impuesto sobre el Patrimonio estaríamos ante dos figuras idénticas, una doble imposición que a todas luces resultaría confiscatoria y que, a buen seguro, terminaría en los tribunales.

Pero es que este nuevo tributo resultaría sangrante al aplicársele a las empresas familiares que actualmente están exentas del pago del impuesto sobre el Patrimonio. Si tenemos en cuenta que estas empresas representan más del 50% del empleo, el populismo fiscal de Pedro Sánchez se traduciría en que la recaudación por el «impuesto a los ricos» sería muy poca cosa, pero los daños en el empleo serían muy grandes.

El problema es que Sánchez, para tratar de combatir las propuestas fiscales del PP, está dispuesto a matar moscas a cañonazos. Esta es la historia y lo demás, demagogia barata.

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