Huir volando

Huir volando

La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, adornó su currículum con tres másteres -en Recursos Humanos, Relaciones Laborales y Urbanismo- más falsos que un euro de madera. A toda prisa, cuando ya la habían pillado, los tres másteres desaparecieron de la web de La Moncloa y se convirtieron por arte de birlibirloque en «Cursos superiores y de postgrado en Relaciones Laborales; Derecho Urbanístico y Ordenación Territorial y Recursos Humanos», unas enseñanzas de nivel inferior. Desde el ministerio se intentó sin éxito justificar lo injustificable, porque no estamos ante un error, sino ante una falsificación en toda regla. En las democracias más asentadas hay ejemplos de sobra de ministros que tuvieron que dimitir por casos menos graves que el de Yolanda Díaz, pero ya se sabe que aquí inventarse titulaciones o plagiar tesis doctorales te catapulta a la gloria.

Consciente de que no tenía excusa, la ministra decidió huir volando. Se ha hecho 4.800 kilómetros en Falcon para ir, antes de tiempo, a la cumbre de los ministros de Trabajo y Educación del G-20 celebrada en Catania (Italia). Viajó el lunes (un día antes del comienzo), regresó el martes para estar presente en el Consejo de Ministros que indultó a los golpistas y se volvió a ir. Regresó y se recluyó en el ministerio para que nadie pudiera preguntarle por el caso de los másteres falsos. Toda una lección de transparencia la de esta ministra que ha vaciado su agenda para no tener que dar cuenta del escándalo. En el Gobierno de Sánchez, quien hace la trampa se hace fuerte en el cargo. Y, además, se le pone a su disposición un Falcon pagado con el dinero de todos los españoles para que sobrevuele por encima de las críticas. 4.800 kilómetros para huir volando. Es decir, una semana después, Yolanda Díaz sigue sin dar la cara. La triple falsificación de su currículum se resuelve escapando en un Falcon.

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