Un Gobierno sordo ante los tambores de crisis

Un Gobierno sordo ante los tambores de crisis
opinion-editorial-economia-Sanchez-interior

Mientras Pedro Sánchez maneja a su antojo el calendario y acorta los tiempos para vender a la opinión pública el falso relato de que han sido todos los demás quienes han hecho inevitable la convocatoria de unas nuevas elecciones generales, las señales de alarma de la economía española se aceleran en medio de un alud de indicadores que anuncian la llegada de una crisis de consecuencias imprevisibles. A los datos del paro en agosto, el peor en más de una década, y de la caída en picado de las afiliaciones a la Seguridad Social, se unen los pésimos indicadores industriales o el brusco descenso de las matriculaciones de vehículos.

No son datos puntuales atribuibles a un momento estacional, como trata de vender el Ejecutivo socialista, sino la constatación empírica de que las turbulencias económicas mundiales están afectando de lleno al rumbo de nuestra economía. España necesita, más que nunca, estabilidad política para afrontar los múltiples desafíos que se ciernen sobre un país que no puede estar al albur de los cálculos personales de su presidente en funciones.

La retórica vacua de Pedro Sánchez se estrella contra la realidad de una economía en fase de desaceleración. No hay tiempo que perder y, sin embargo, lo que parece sobrarle al jefe del Ejecutivo en funciones es precisamente eso, tiempo. Tiempo para acomodar el calendario a su particular estrategia, sin importarle las consecuencias de permanecer impasibles ante los negros nubarrones que se ciernen sobre una nación  débil económicamente y obligada con urgencia a acometer las reformas pendientes para evitar ser vapuleada, de nuevo, por la crisis. Da la sensación de que Sánchez está tan obsesionado con garantizarse su futuro político a la sombra del poder, que parece haber hecho oídos sordos las señales de alerta que emiten cada día los indicadores económicos

 

Lo último en Opinión

Últimas noticias