Ahora a cerrar filas

El sentido de Estado vuelve a tener una sede con las puertas abiertas en la calle Ferraz. Tras dos años de gestión catastrófica, maniatados por el egoísmo político de Pedro Sánchez, la buena noticia de este último Comité Federal es que el PSOE es otra vez el PSOE, un partido al servicio de España. La formación que más años ha gobernado nuestro país permite así que la política patria sea, de nuevo, el arte de lo posible. No obstante, y a pesar de la clara victoria del ‘sí’ a la abstención —139 votos frente a los 96 del ‘no’— los próximos días requerirán de un esfuerzo de persuasión adicional por parte de la Gestora, obligada a cerrar filas en torno a todas las federaciones del partido. El objetivo es conseguir que la unidad sea una constante en la nueva etapa de los socialistas además de una realidad cuantificable de cara a la votación en la investidura. Este ‘sí’ ha de ser tomado como un gran acto de responsabilidad. Un sacrificio indispensable para que el país se ponga en marcha tras casi un año de bloqueo institucional.

La decisión beneficiará a España e impulsará el futuro y la credibilidad del PSOE si logran cerrar la sima interna que los separa del Partido Socialista de Cataluña o de los propios pedristas, todos ellos más preocupados todavía por sus intereses personales que por el bien de todos los españoles. A expensas del liderazgo fuerte que está por venir, estas siglas saldrán reforzadas al ocupar, por fin, su legítimo lugar como primera fuerza de la oposición. La prueba de que han escogido el camino apropiado es el ataque inmediato que han sufrido por parte de Podemos. El secretario general de los populistas, Pablo Iglesias, al alimón con el resto de sus corifeos, no ha tardado en autoproclamarse como única alternativa de la oposición. De la misma manera que en la últimas elecciones generales pasaron del sorpasso a perder más de un millón de votos, Iglesias vuelve a cometer el mismo error de político novato al confundir los deseos con la realidad. El PSOE es la alternativa real del centro-izquierda español por una sencilla razón: primero está España. Después, todo lo demás.