Carmena suspende en desahucios

Carmena suspende en desahucios

Ahora Madrid completa su primer año al frente del Ayuntamiento con un suspenso absoluto en una de las asignaturas que, paradójicamente, más debería cuidar: los desahucios. La relación entre el Ejecutivo que dirige Manuela Carmena y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha sido de constante tensión y enfrentamiento durante todo este tiempo. La marca blanca de Podemos en la capital de España llegó al poder tras las elecciones locales de 2015 con la promesa de acabar con este problema que atañe a miles de personas. Lejos de conseguirlo, lo único que han logrado es desesperar a un colectivo que se muestra impotente ante la ineficacia tanto de Carmena como de la delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras.

Mientras que los componentes de una plataforma respetable como la PAH califican a la Oficina de Intermediación Hipotecaria (OIH) como un “desastre”, Pablo Iglesias aún tiene la osadía de mercadear electoralmente con esta grave problemática de cara al próximo 26J: “La vivienda es un derecho humano y los desahucios han privado de derechos humanos a estas personas”. El secretario general de Podemos haría mejor si les recordara la lección a sus acólitos del Palacio de Comunicaciones en vez de pregonarlo en público con el fin último de intentar transformar el sufrimiento de los afectados en votos.

Durante todo este tiempo, los desahucios han sido más un tema recurrente en los mítines que una prioridad en la gestión municipal. La prueba de que esta problemática ha tenido desde el principio un componente mucho más político que social fue el intento de Nacho Murgui de silenciar las críticas de la PAH con cuantiosas subvenciones, tal y como confesaron los propios activistas a OKDIARIO en el mes de marzo. Algo que ha sido del todo infructuoso, ya que éstos avisan al Consistorio de que la próxima vez dejarán las quejas y los avisos para pasar a los hechos. Entre otras cosas, achacan al equipo de Carmena que de los 700 casos de afectados no han resuelto ni 90. Un balance paupérrimo si tenemos en cuenta que en Madrid, al igual que en ciudades como Cádiz —idéntico desastre—, la palabra “desahucio» fue clave para tocar poder. Un año después, todo aquello es el quiero y no puedo que suele prevalecer cuando la teoría demagógica le gana la partida a la honestidad gestora.

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