Sánchez se apunta a la deriva

Puigdemont voto Sánchez
Carles Puigdemont, con Pedro Sánchez (archivo)

Los últimos movimientos del PSOE presagian un Gobierno que podría romper España. Cuando el Rey Felipe VI encargó a Pedro Sánchez la labor de conformar un Ejecutivo, los españoles albergaron una leve esperanza de que aún pudiera darse una gran coalición entre las fuerzas constitucionales para acabar con la parálisis del país. Tras el pacto fallido con Ciudadanos, esa posibilidad es ya una mera entelequia. Sánchez sólo tiene dos opciones: enfrentarse a Susana Díaz en las primarias socialistas o salir investido presidente con los apoyos de nacionalistas y podemitas, algo que salvaría su estatus de líder aunque significase poner en una situación muy comprometida tanto el futuro de su partido como el de la propia nación.

Los acuerdos alcanzados durante la última semana con los independentistas suponen una pésima noticia para los españoles. El voto favorable del PNV y las abstenciones de ERC y CDC no le van a salir gratis, ya que tendrá que devolver el favor. Así lo demuestran las últimas palabras de Miquel Iceta. No es ninguna casualidad que el primer secretario del PSC haya mostrado su predisposición a impulsar un referéndum independentista en Cataluña. Un guiño a sus potenciales aliados y un globo sonda para comprobar cómo reaccionan los ciudadanos. Pedro Sánchez y sus fieles preparan, por tanto, su desembarco a la desesperada. Conscientes de que navegan entre un Gobierno a costa de lo que sea o un enfrentamiento en las urnas internas contra Susana Díaz del que, con toda probabilidad, saldrían malparados.

Díaz representa la opinión generalizada de los barones socialistas: tolerancia cero al respecto de cualquier tipo de coqueteo con la deriva nacionalista. Una causa a la que el soldado Sánchez ha de apuntarse por obligación, a sabiendas de que es la única opción de tomar su Normandía particular: La Moncloa. Algo que supondría un cisma dentro del PSOE ya que 22 diputados andaluces votarían en contra de la investidura de su líder por incumplimiento de lo acordado en el Comité Federal. El madrileño vuelve a estar en la encrucijada: él o España. Tras sus últimos movimientos, la elección parece clara: él.

El próximo día 30 se reunirá con Pablo Iglesias para concretar un puzzle donde cada vez encajan más piezas. La alianza con Podemos como principal socio de Gobierno sería incomprensible para muchos votantes socialistas que han presenciado cómo Iglesias los ha denostado en repetidas ocasiones. Además, en los últimos días, y tras los atentados de Bruselas, los morados han radicalizado aún más su discurso. A nivel nacional, han sido meros ‘observadores’ del pacto antiyihadista. Podemos Pamplona lo ha rechazado directamente. Esta sería la senda que elegiría Sánchez con tal de ostentar la Presidencia. Un camino hacia ninguna parte para España por el egoísmo crónico y la falta de responsabilidad de un político.

Lo último en Opinión

Últimas noticias