España va como un tiro… por ahora

Báñez
La ministra de Empleo, Fátima Báñez (Foto: Efe).

El éxito de los políticos radica en gran medida en la herencia que dejan a la sociedad que representan. Las 678.200 personas que encontraron trabajo durante el pasado año hacen de la reforma laboral impulsada por la ministra de Empleo en funciones, Fátima Báñez, un éxito sin precedentes. Los datos de la Encuesta de Población Activa correspondientes a 2015 suponen la mayor reducción del desempleo en la historia de España. Un logro que confirma que, tras siete años de crisis, nuestro país va como un tiro… por ahora. Al menos, hasta saber quiénes y cómo nos gobiernan.

Un Gobierno estable sería la pieza clave para que el engranaje de nuestra maquinaria siguiera funcionando a la perfección. Una tendencia que ahora mismo nos sitúa como líderes indiscutibles de la eurozona en creación de empleo con el valor añadido de que nuestro mercado laboral ha salido del atolladero en base al empleo indefinido mientras que países como Francia o Bélgica se han visto obligados a recurrir al trabajo temporal. Hace cuatro años, España se debatía en cómo podríamos salir de una crisis que se antojaba interminable. Ahora, el matiz está en la calidad del empleo que creamos. Una evolución que deberíamos de proteger casi como si fuera el hallazgo del Santo Grial.

A nivel continental, tan sólo nos supera la locomotora británica conducida por el premier David Cameron. España es hoy un país que se enfrenta al futuro con un empleo neto de 525.100 personas en los últimos 365 días. No obstante, no todos son claros en el horizonte ya que la inestabilidad política ha frenado la inversión. Algo que, si bien es normal tras cualquier proceso electoral, tiene el riesgo de estancarse si nuestros representantes públicos no tiran de responsabilidad y aseguran, mediante un gran acuerdo de las fuerzas moderadas, tanto el desarrollo interno como la inversión internacional. Además de los innegables méritos de las reformas de Báñez, la coyuntura actual nos favorece para seguir creciendo gracias a un mercado energético y de materias primas a la baja.

Con un contexto así, bastaría con no hacerlo rematadamente mal para mantener la bonanza que nos cobija. Si consolidáramos el ritmo e insistiéramos en las reformas, esta nave que nos transporta a todos los españoles podría llegar a los 20 millones de ocupados en los próximos cuatros años, dos millones más de los que tenemos ahora. Sólo un político irresponsable, empeñado en pactar con los amigos de golpistas y dictadores, podría romper este sueño que tanto sacrificio y esfuerzo ha costado a la gran mayoría de los españoles. Con estos números, parece que lo único que necesitamos es encomendarnos al clásico de Juan Ramón Jiménez: «No le toques ya más, que así es la rosa».

 

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