Paga extra de Montoro a los golpistas

Soberanismo
Artur Mas en el Parlamento de Cataluña (Foto: GETTY)

A un mes de las elecciones del 20 de diciembre y a menos de dos para la noche de los Reyes Magos, Cristóbal Montoro ha superado cualquier expectativa y le ha dado 435 millones extra al Gobierno de Artur Mas. En total, los 3.034,84 millones de euros que van a recibir del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) en este tramo superan las expectativas más halagüeñas, incluso, de los compinches golpistas que intentan secuestrar Cataluña.

El Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy ha medido los tiempos perfectamente a la hora de tratar el problema secesionista. Nunca ha permitido que el choque institucional afecte a los ciudadanos, garantizando los servicios esenciales, al tiempo que se mantiene vigilante, y con la ley en la mano, al respecto de quienes quieren destrozar la unidad de España.

Quizás por eso, llame más la atención este regalo excesivo antes de que termine noviembre ya que, tras esta partida, Cataluña habrá recibido del FLA un total de 52.966 millones de euros, un 28% del total disponible para rescatar a todas las comunidades autónomas.

Si el Gobierno había gestionado el contexto con inteligencia, impidiendo con moderación que un grupo de chantajistas se convirtieran en mártires, la paga extra de Montoro es un agravio comparativo para el resto de autonomías. De hecho, sólo siete han incumplido el objetivo del déficit en 2014: País Vasco, Madrid, Comunidad Valenciana, Canarias, Baleares, Extremadura y, por supuesto, Cataluña.

Es cierto que las condiciones de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE) imponen que el gasto vaya exclusivamente para sanidad, educación y servicios sociales, algo que redunda en el beneficio de todos los catalanes. No obstante, no es menos cierto que, tras la situación extrema que los anticonstitucionalistas tienen montada al otro lado del Ebro, parece cuanto menos excesiva la manga ancha de Montoro a la hora de soltarles dinero por mucho que, dada la ingobernabilidad a causa de Mas y sus secuaces, Cataluña tenga graves problemas para financiarse por el empobrecimiento significativo de su calificación crediticia y que, al igual que el resto de desmanes rupturistas, eso afecte de lleno a las personas que pueblan la Comunidad.

El Gobierno debería seguir con su férrea disciplina hacia la Generalitat y no dar la más mínima tregua. Mientras que, por su parte, los independentistas catalanes quedan retratados una vez más por los tópicos que pueblan ese nacionalismo arcaico propio de finales del siglo XVIII. Un nacionalismo que se asienta sobre la idea de que España les roba —entre otros mantras— cuando, en realidad, en los últimos 15 años han recibido 76.700 millones de euros procedente de las arcas públicas.

 

 

 

 

 

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