Carpe diem

Una creación colectiva al revés

Una creación colectiva al revés
Una creación colectiva al revés

No se quejarán ustedes por falta de ideas. Que sean buenas o malas, ya es otra cosa porque cada cual, lógicamente, tendrá su propia opinión al respecto. Pero lo cierto es que ahora el Ayuntamiento de Palma se ha puesto manos a la obra para elaborar una guía de la ciudad y ofrecer a los turistas información sobre las maravillas de las barriadas de Palma, en definitiva, sobre cualquier lugar de esta milenaria urbe que no figure ahora en las rutas habituales y en todas las guías, que son muchas y variadas.

La novedad es que quieren que sean ahora los propios ciudadanos, mediante una encuesta, los que indiquen sus rincones preferidos y, una vez recogidas todas cuantas opiniones hayan tenido a bien formular, será la Fundación Palma 365 la que elaborará esta nueva guía turística que presentará Palma como destino urbano. Por tanto, serán los propios palmesanos los que se encarguen de recomendar cuáles son sus lugares favoritos. Lo que se dice una creación colectiva, vaya, aunque para ser más completa debería ser contemplada desde una perspectiva de género, resiliente, feminista y sostenible. Pero esto ya sería pensar demasiado y en Cort las ideas tienen poco recorrido.

Dicho todo lo cual, más que una guía, puede salir cualquier cosa porque ya se sabe que hay que desconfiar de las creaciones colectivas igual que cuando una comisión pretendió diseñar un caballo y le salió un camello.

Desde que llegaron a la isla los primeros viajeros románticos, que nos descubrieron las bellezas de una ciudad que se ignoraba a sí misma, hasta hoy se han elaborado centenares de guías que mejor o peor resumen lo que de interesante ofrece una de las ciudades más bellas del arco mediterráneo.

Sin agotar la nómina, ahí están pera empezar lo que dejaron escrito Saint Saveour, Jordán, Piferrer, Christmas, Laurens, Sand, Davilier, Taylor, Clayton, Bartomew, Medel, Parcerissa y más recientemente otro clásico como Josep Pla. Y de aquí en adelante algunos centenares más hasta llegar al desmadre llamado Tripadvisor, capaz de confundir huevos con castañas.

Pero como las ideas son susceptibles de ser confrontadas con otras ideas, y en un intento de contribuir como ciudadano responsable a tratar de mejorar la que ha ideado el Ayuntamiento, encendiéndosele la bombilla, más que una guía de lugares favoritos de los ciudadanos y para disfrute de turistas despistados, lo que cabría hacer, a sensu contrario, es una guía de lugares de Palma impropios de una ciudad antigua y a la vez moderna para que quienes nos visitan no se lleven una pésima imagen de quienes, teniéndolo todo, no saben respetar lo que nos han dejado siglos de civilización y cultura.

Para empezar, el casco antiguo –barrios señoriales como Sant Jaume- tiene calles que muestran sus paredes llenas de grafitis, que, a diferencia del arte urbano, llenan la ciudad de porquería igual que los perros meando por las esquinas para marcar territorio.

De ahí en adelante, el empedrado urbano de la Palma antigua, destrozado a conciencia por las empresas de servicios, Emaya entre ellas, y llegando a la edad moderna, la plaza de España y el Parc de la Mar, ejemplos de incuria y malversación de obra pública. Pero con esto no se agota la Palma de los horrores. Esto y mucho más es lo que, para conservar un mínimo de buen nombre, debería aconsejar el Ayuntamiento al viajero no visitar y no hacer experimentos con gaseosa como es la ocurrencia de una guía elaborada en comandita. Por una vez que se les ocurre una idea, vaya, van y la plantean justo al revés.

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