El control de la prensa corresponde a los jueces; no a ti, Pablo Iglesias

El control de la prensa corresponde a los jueces; no a ti, Pablo Iglesias

Está claro que el el vicepresidente segundo del Gobierno  y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, es reactivo a la democracia y no cree en la separación de poderes. Como lo del Estado de Derecho no va con él, considera «imperfecta» nuestra democracia. Quiere cambiarla por una democracia a su medida en la que pueda silenciar a los medios incómodos. Lo ha dicho sin que le temblara una ceja: su plan pasa por «controlar» a la prensa, articulando «elementos de control» contra los medios de comunicación y sus empresas editoras.

La «diferencia entre el poder mediático y el resto de poderes», como el poder ejecutivo, el legislativo o judicial, pese a la «gran influencia» que éstos ejercen en la agenda política y la formación de opinión, ha dicho Iglesias, es que «no hay control democrático»  sobre los medios de comunicación, ha sentenciado durante el debate de una iniciativa de Ciudadanos a favor de la libertad de información. Pues si lo hay, criatura, pero el «control democrático» no lo ejerces tú -por fortuna- sino los jueces, que son quienes en un Estado de Derecho determinan si los medios van más allá del límite del Código Penal. Ellos ejercen el control.

Iglesias dice que el papel del poder mediático en la democracia española es «un tema tabú» y ha insistido en que «una sociedad en la que solamente los millonarios pueden tener grandes medios de comunicación es una sociedad limitada democráticamente». Los mismos argumentos que llevaron en su día a Hugo Chávez a acabar con la libertad de prensa en Venezuela. Ni en eso es original. «Los dueños de los medios -ha dicho Iglesias – tienen más poder que usted, que ha sido elegido por la ciudadanía, e incluso tienen más poder que yo que soy vicepresidente del Gobierno», respondió a una diputada de la oposición.

Obsérvese que ese «incluso tiene más poder que yo» responde al viejo esquema totalitario según el cual los distintos poderes del Estado deberían plegarse al poder Ejecutivo.  Es lo que ocurre en las dictaduras. Ahora se entiende que Iglesias siga insistiendo en la matraca de que en España «no hay democracia plena». Para él, la «democracia plena» consiste en tener el poder absoluto. Todo bajo «control».

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