El centroderecha gana en votos y pierde en escaños

Los resultados de las elecciones generales muestran el problema que ha supuesto la fragmentación del centroderecha en estas elecciones. Prácticamente escrutado el 100% de los votos, el centroderecha (PP, Cs, Vox y Na+) ha ganado en votos, con un 43,20% de los mismos, frente al 43,01% de la izquierda (PSOE, Podemos, Guanyem El Canvi), pero el bloque de la izquierda ha obtenido 16 escaños más que el centroderecha.

El PP, que ha sufrido un retroceso importante, el cual no se le puede achacar a Pablo Casado, que recibió un partido en un estado lamentable, tras años de abandono de la ideología por su anterior dirección, y un espacio de centroderecha fragmentado en tres porciones. Esa fragmentación, ha hecho que muchos votos se hayan perdido por el camino, de manera estéril, sin traducirse en escaños.

Pablo Casado insistió hasta la saciedad en la necesidad de que las fuerzas de centroderecha pudiesen ponerse de acuerdo a la hora de concurrir a las elecciones, al menos en las circunscripciones más pequeñas, donde la ley electoral se vuelve mucho más mayoritaria y perjudica a los bloques que se presentan fragmentados. Sin embargo, no logró que el resto de fuerzas de centroderecha accediese a ello.

Comienza un tiempo muy difícil para España, con un gobierno en el horizonte que dibuja más gasto público, más déficit, más deuda y más impuestos, con un creciente intervencionismo. El riesgo de España como economía se incrementará y la desaceleración económica, que ya comienza a notarse, puede intensificarse hacia el derrotero al que nos llevó Zapatero.

Realmente, sólo pensar que puede volver a darse ese panorama de recesión, hiela la sangre. Existe otra posibilidad, que el PSOE gobierne con Ciudadanos, en una nueva rectificación que tendría lugar, entonces, por parte de Rivera, pero Sánchez parece más proclive a querer gobernar con Podemos y a llegar a acuerdos con los independentistas que a gobernar con Ciudadanos.

Y en el centroderecha, sólo cabe un apoyo sin fisuras a Casado, para que pueda continuar la reconstrucción del partido que, obviamente, en diez meses, no ha dado tiempo, y, así, poco a poco, poder liderar la reunificación del centroderecha, al tiempo que poder hacer una oposición firme, la cual necesita España ante el alto riesgo que puede suponer la política económica de un gobierno en el que participe Podemos, además de poder hacer frente a las exigencias que el separatismo puede pedirle al Gobierno a cambio de su apoyo en muchos momentos, pues la suma de PSOE, Podemos y Guanyem El Canvi no llega a sumar la mayoría absoluta, ni siquiera con el concurso del PNV.

Tiempos difíciles para España, pero no imposibles. Hoy debe comenzar el resurgir de la alternativa liberal-conservadora que, sin duda, Casado puede y debe liderar, para volver a ofrecer a los españoles la seguridad de que el centroderecha volverá a sacar adelante la economía cuando la izquierda vuelva a dejarla sumida en la crisis.

José María Rotellar, profesor de la UFV, del CES Cardenal Cisneros y del Trinity College