Bruselas abofetea a Ribera desmontando sus mentiras

A más de uno se le habrán caído los palos del sombrajo al ver cómo la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Teresa Ribera, se lavaba olímpicamente las manos con el tarifazo de la luz. Ribera afirmó en la Cadena SER que este subidón se debía a «factores que no dependen de nosotros», como los precios del CO2 y del gas. La ministra tuvo el cuajo, además, de culpar a la «escalada de los precios mayoristas que es tremendamente aparatosa» y a la actuación de los «mercados internacionales». Es decir, que los que acusaban al PP de Rajoy de empobrecer al país con las subidas de la luz ahora admiten sin que se les caiga la cara de vergüenza que no pueden hacer nada para bajarlo. Y aquí paz y después gloria.

Ribera fue de sobrada a la SER al punto que se atrevió a criticar que las instituciones europeas «no quieran cambiar este modelo porque creen que es eficiente y simple». La ministra fue a por lana y salió trasquilada porque sus palabras no gustaron nada en Bruselas y merecieron una implacable respuesta por parte de la Comisión Europea. La UE desmintió a la ministra recordándole que sí puede tomar medidas para abaratar el recibo eléctrico “siempre que los cambios se ajusten a las normas del mercado interior de la UE», según han explicado fuentes de la Comisión en respuesta a OKDIARIO. De hecho, aprovechó para recordarle a Ribera la propia ‘Directiva 2019/944 del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de junio de 2019 sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad’, que insta a los Estados a actuar para proteger a los consumidores. Directiva que el Gobierno de Sánchez se pasa por el forro castigando a los más vulnerables con la tarifa de la luz más cara de Europa.

En lugar de echar balones fuera y culpar a la UE, Ribera debería haber admitido que el encarecimiento del CO2, responsable de la subida del precio de la electricidad, está ligado al fanatismo ‘verde’ de este Gobierno, obsesión ideológica de la que ella hizo gala hace dos años cuando se paseó por Madrid de la mano de Greta Thunberg, frente a la que se postró de rodillas como si fuera el Dalai Lama. El Apocalipsis climático que anuncian a bombo y platillo las terminales mediáticas de la izquierda será una broma al lado de la España que dejará Pedro Sánchez. Al menos en Moncloa, con ministras con tan pocas luces, la factura de la luz se sentirá menos.