Alfombra roja de Urkullu al etarra ‘Susper’: otro Bolinaga

El historial delictivo del que fuera uno de los principales jefes militares de ETA durante los años 90, Ibón Fernández de Iradi, alias Susper, refleja la catadura del personaje. A sus 50 años, lleva cerca de 20 en prisión. Prácticamente, todos ellos cumplidos en cárceles de Francia, país que le impuso dos condenas de 30 años y una de 15 por sus actividades al frente de la banda terrorista. 75 en total. Los cumplía en la prisión sureña de Lannemezan, de donde fue trasladado la pasada semana a Martutene, cumpliendo así un deseo que el ex jefe de ETA llevaba solicitando desde hace una década.

Susper alega que sufre una esclerosis múltiple diagnosticada en 2012, por lo que su paso por la cárcel vasca puede ser fugaz: el Gobierno de Urkullu  ya ha iniciado los trámites para ponerle en libertad lo antes posible. En 2020, la Sala de aplicación de penas del Tribunal de Apelación de París dictaminó que los informes médicos elaborados por los forenses galos no justificaban su excarcelación. Poco después lo volvería a intentar, tras sufrir ese mismo año un contagio por Covid, pero con idéntico resultado. Es decir, la Justicia gala consideró que su estado de salud no le impedía estar en prisión. La dirección de su nueva prisión en Martutene ya ha encargado un estudio médico-forense del caso y se está revisando la documentación de la enfermedad y el histórico de tratamientos que ha recibido en Francia. Se le van a practicar nuevas pruebas médicas «de forma inmediata» para reevaluar su caso.

¿Se acuerdan ustedes del etarra Bolinaga, uno de los secuestradores de José Antonio Ortega Lara? Condenado a 178 años de cárcel por el asesinato de tres guardias civiles, el Ministerio del Interior con el Gobierno de Rajoy le concedió el tercer grado penitenciario y la Audiencia Nacional decretó su puesta en libertad «por razones humanitarias». Bolinaga no estaba en situación terminal, pues murió tres años después. Lo de Susper se le parece mucho.