¡Albricias! Vuelve el bipartidismo

¡Albricias! Vuelve el bipartidismo

Quizá esta misma semana, a lo más tardar la próxima, el Centro de Investigaciones Socialistas (antes llamado de Investigaciones Sociológicas) presentará su primera encuesta tras las elecciones del pasado 26 de mayo. No está claro que el sondeo sea parigual al presentado por ABC con el crédito disminuido, desde luego, de su empresa demoscópica de cabecera que se pegó un trastazo de no te menees con las “israelitas” corregidas que ofreció la misma tarde- noche electoral del pasado mayo. Lo cierto que el CIS cocina y cocina a estas horas este primer sondeo porque, en principio no le salían los resultados que, al parecer, le pueden salir ahora. Sobre todo, respecto al Partido Popular. Hace veinte días Casado no subía y sin embargo ahora lo hace. ¿Qué ha pasado? Pues al parecer las estupendas negociaciones de poder que ha efectuado el PP tras mayo y que le han conducido a ostentar mucho más poder de lo que las urnas le deparaban, han aumentado las expectativas de su voto hasta el punto de que si al final Tezanos y su CIS no se echan a atrás porque la pura conveniencia de la Moncloa así se lo ordene, el PP respirará con un pronóstico netamente favorable, tanto que dejará atrás a su frustrado persecutor en el centro derecha, el Ciudadanos de Rivera, y restará de la bolsa de votos de Vox miles de voluntades que hasta hace muy poco se habían fugado a la casa provisional de Santiago Abascal. Rivera se queda como bisagra y no como alternativa. Una tragedia para su descomunal ego.

Es de esperar, recalco, que el CIS por conveniencias de Sánchez, refleje muy pronto estas tendencias junto con la ascendiente tendencia del PSOE o, mejor dicho, con la de Sánchez que, por increíble que parezca, sube considerablemente en apreciación política de tal modo que su opción personal está muy por encima de la de su propio partido. Hoy el apoyo a Sánchez dentro del espectro ideológico de la izquierda supera ya el cuarenta por ciento, mientras el de su organización de queda sólo en el treinta. Se comprende así que estos datos que conoce el presidente en funciones porque Tezanos se los sirve casi a diario en bandeja, le deparen a Sánchez una ufanía desmesurada. Él ya se cree el gobernante universal que tiene el mandato de cambiar España de arriba abajo. El ya no se aprecia a sí mismo como un líder político; se piensa un enviado poco menos que celeste y carismático al que ya nadie puede discutir.

Pero lo importante, con ser mucho lo que acabamos de describir, del sondeo de Michavila en su periódico de referencia, y el que se prepara de forma inmediata para su publicación en el CIS, es el regreso paulatino del bipartidismo. Dicho sea en concreto: El PSOE sube, también lo hace el PP aunque no llegue, ni de lejos, a los resultados de Rajoy en su última comparecencia electoral, pierde fuelle, aunque muy lentamente, Ciudadanos, al que los electores parecen estar castigando por sus fluctuaciones incomprensible en la formación de gobiernos municipales y autonómicos, se hunde Podemos en beneficio naturalmente del PSOE hasta el punto de acercarse a los datos de Izquierda Unida, y se arrea un morrón de mucho cuidado Vox y su Abascal sospechosamente desaparecido desde hace días, quizá contemplando con horror los desmanes que perpetran sus seguidores, algunos ya concejales o parlamentarios electos, allí mismo donde cualquier periodista les coloca un micrófono delante de su ancha boca.

Si lo que está anticipando este cronista se confirma, que parece que sí, salvo orden directa de Moncloa y del dúo Redondo-Félix Bolaños que es el que  realmente ordena y manda en el Complejo bunkerizado hasta límites nazis en La Moncloa, no sería de extrañar que los amagos de Sánchez sobre la posible repetición de elecciones, fueran más que amenazas una auténtica posibilidad real con la que el presidente y su partido de mindundis (incluido en esta categoría el simpar Abalos, el banderillero, el jefe de la cuadrilla) advierten a Ciudadanos más que a nadie que o bien se pliegan a un apoyo, directo o indirecto para la investidura o el jefe supremo, que ha copiado en su prepotencia los andares “a lo Beckham”, llamará a rebato electoral a lo más tardar en el mes de noviembre, con un pronóstico claramente favorable a la resurrección del bipartidismo.

Pero, ¡ojo! con las encuestas porque según opinan los demóscopos más avezados, se está produciendo en España una doble constancia muy curiosa; la primera que hay una porcentaje de electores, superior incluso al cuarenta por ciento del censo, que está instalado en la duda sistemática, de modo que sólo decide su voto en el instante mismo de depositarlo en la urna. Dígase entonces qué fiabilidad pueden tener unas muestras que evidentemente no pueden recoger esta variable trascendental, pero es que además estos mismos expertos insisten en que ahora mismo el binomio clásico de recuerdo de voto más simpatía ya se ha ido al garete; es decir, o no cuenta para nada o cuenta muy poquito. Esta doble constancia es sin duda importante pero no disimula lo antedicho: el cerramiento del mapa electoral hasta la reedición del anterior: el bipartidismo. Esto es lo que prevén las encuestas privadas y, al parecer, lo que profetiza el próximo CIS, siempre con la cautela antedicha: que Sánchez al final toque el silbato y obligue al fiel Tezanos, siempre a la orden, a publicar otros resultados aún más aplastantes para su jefe, que todo puede ocurrir. Lo sabremos en horas.

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