Una decisión lógica

Una decisión lógica

Atribuyen a Napoleón la célebre frase de «vísteme despacio que tengo prisa». El Tribunal Supremo hace bien en tomarse su tiempo para dictar sentencia sólida y rigurosa sobre el referéndum ilegal que dio como resultado el golpe de Estado independentista durante el 1 de octubre de 2017. Un caso tan grave no puede resolverse de prisa y corriendo. Más aún cuando los golpistas han tratado de enmarañar todo el proceso con numerosos escritos y recursos. No obstante, finalmente esa táctica perniciosa se les ha vuelto en contra, ya que el Alto Tribunal no tendrá lista su decisión hasta después de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 26 de mayo.

Así, sea cual sea el fallo, los enemigos de España no podrán argumentar ningún tipo de falacia judicial para construir el sempiterno discurso victimista que los caracteriza en cada cita electoral desde que su único negocio es ir contra España. Ellos han enmarañado el proceso y ahora tendrán que presentarse en los comicios en pleno proceso de división interna y sin saber la sentencia del Supremo. No habrá, por tanto, la más mínima inferencia judicial en la intención de voto y los independentistas quedarán como lo que son: golpistas interesados en hacer un negocio privado con el futuro y la prosperidad de todos los catalanes. El Estado saldrá reforzado tras una sentencia que aportará todas las garantías de la justicia.

De paso, la «estrategia dilatoria» que ha apreciado el Supremo en la defensa de Oriol Junqueras y Raúl Romeva no servirá de nada. Sólo como símbolo evidente de los independentistas catalanes: el más rotundo fracaso en sus espurias intenciones contra la legalidad vigente. Unos delincuentes que con Carles Puigdemont huido y sus principales líderes encarcelados, no tiene más recorrido que la división que ya viven en el propio Parlament. No es de extrañar que el bloque independentista pierda cada vez más apoyos y estén ya por debajo del constitucionalismo. Resulta evidente que el futuro de Cataluña es ruina o ley y los ciudadanos cada vez lo tienen más claro.

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