¿Qué esconde Celaá para vetar a OKDIARIO?

¿Qué esconde Celaá para vetar a OKDIARIO?

En el caso de Isabel Celaá, como en la historia del príncipe Hamlet, algo huele mal, muy mal. El Gobierno del Partido Socialista tiró de «ejemplaridad» y «transparencia» para justificar su moción de censura contra Mariano Rajoy. No obstante, lo cierto es que ni una cosa ni la otra. Tanto es así, que Celaá no sólo oculta en su declaración de bienes un chalé de lujo de más de un millón de euros que comparte con su marido en gananciales, sino que trata de engañar a todos los españoles con explicaciones enmarañadas, medias verdades y mentiras evidentes que caen por su propio peso una tras otra.

Si la ministra no tuviera nada que ocultar, ¿por qué ha vetado a OKDIARIO este viernes? ¿Es esa la manera de proceder de un Gobierno que prometía «limpiar España»? El argumento del valor catastral como valor real del inmueble es una tomadura de pelo. Ellos mismos lo saben. De hecho, el tan cacareado ejercicio de «transparencia» que prometieron los socialistas se ha quedado en eso, en una mera promesa retratada por la realidad de los actos. Tal y como les descubre este periódico, omiten a los ciudadanos información clave para interpretar las posesiones reales de ministros, secretarios de Estado, embajadores y otros miembros de la Administración General del Estado. Por ejemplo, y de manera muy significativa, el valor real de sus bienes inmuebles.

Resulta increíble que una mansión de 4.500 metros de finca y 700 metros cuadrados de vivienda en una de las mejores zonas residenciales de Bilbao cueste 195.000 euros por mucho que Celaá se afane en despreciar la inteligencia de sus interlocutores. De hecho, si fuera así, ¿qué problema tendría en contestar a la pregunta de OKDIARIO? El problema es que miente. De ahí que este viernes estuviera tan nerviosa que incluso se dedicara a dar lecciones de periodismo y decir a los profesionales que «formulan mal» las preguntas. Osadías que sólo denotan una cosa: inquietud. Sabe que su lujosa vivienda cuesta más de un millón de euros —y fue tasada durante la crisis económica— y eso la retrata como élite. Una élite que no sólo vive al contrario de los preceptos políticos que pregona, sino que además trata de ocultárselo a todos los ciudadanos. Al contrario, totalmente, de lo que prometieron cuando llegaron al poder. Pero, ¿quién puede creerse a estas alturas al Ejecutivo fake de Sánchez?

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