Heil Torra!

Heil Torra!

La Alemania del Tercer Reich gritaba, con entusiasmo, Heil Hitler! En la Cataluña actual, los golpistas aclaman a su presidente títere, o cromo repetido del zafio en fuga Puigdemont al grito de Heil Torra!  Sin la insignia del churro en la solapa, el también impostor Sánchez,  difícilmente habría reconocido al nazi que invitó a La Moncloa para mendigarle apoyo y alargar un orgasmo, un éxtasis imposible que le sostuviera al frente del Ejecutivo. El muy cobarde debió impedirle el acceso a palacio, pues el lazo, en sí, suponía una afrenta intolerable. Pero Sánchez no tuvo huevos para frenar en seco a la chistorra y con tal de asegurarse el poder que tanto ansía, pactó con el asilvestrado y dañino terrorista, cuyo odio a España es evidente.

Sólo el incapaz presidente del Gobierno desconoce el código de una mafia que mamó de la podrida ubre del clan Pujol. De ahí el fervor de estos racistas para triturar a todo catalán constitucionalista que no piense como ellos, por ser y sentirse español, aún a riesgo de que le consideren un apestado. ¿Imaginan al lehendakari, en aquellos días criminales de ETA, alentando públicamente a la kale borroka, como viene de hacer Torra, con sus CDR? ¿De dónde salen millones de euros para cubrir kilómetros de plástico amarillo? Está claro: del dadivoso Sánchez y de sus disparatadas ministras que, para mantenerle en el poder como sea, prefieren engordar a la bestia secesionista antes que mandarla envuelta en su folklórico ultimátum a prisión.

En la diversidad de las opiniones de sus habitantes radica la riqueza de Cataluña. Por eso aporto un sabio texto de Pere Lluis Higuet que —sin ser un charnego— explica bien las cosas: “Fascismo, Sr. Torra, es aprobar el 6 y 7 de septiembre, unas leyes que vulneran el Estatuto de Autonomía que aprobó el Parlament. Fascismo, es declarar la independencia con el 48% de los votos, en base a un referéndum ilegal, no reconocido por nadie y en el que la mayoría de los catalanes se negaron a participar. Fascismo, es declarar persona non grata a la líder del partido más votado en Cataluña, (Arrimadas), instándole a regresar a su tierra de origen. Fascismo, Sr. Torra, es arrogarse la voz de todos los catalanes, (como hace usted, marioneta de Puigdemont), jurando que no tenemos Rey”.

Cada año brota en Cataluña otra generación sumisa y aleccionada en idénticas bajezas. Los muy perversos capos del independentismo no le revelan a los nuevos cafres de que nunca se escindirán de España, ni les avisan de que, ese cuento chino de la República independiente, sólo es un cuento de hadas, un mal sueño, cuyo único fin es estafar al Estado, en beneficio de la mafia, aunque traiga ruina a Cataluña y la degrade en el panorama internacional. De no ser así, ¿cómo puede entenderse que niños de 8 años levanten barricadas, los adolescentes lancen botellas con ácido contra la policía y las chicas marchen con antorchas, igual que en los tiempos de Mussolini? Heil Torra!

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