El único diálogo posible es la ley

El único diálogo posible es la ley

El Gobierno de Pedro Sánchez se equivoca cuando ofrece más diálogo ante las amenazas chantajistas de Quim Torra. El president xenófobo no sólo apoya a los violentos Comités de Defensa de la República (CDR), sino que ataca con un ultimátum al líder socialista: «O acepta un referéndum en un mes o dejaremos de apoyar su Gobierno». Sin embargo, ante esa provocación, la portavoz  del Ejecutivo, Isabel Celáa, responde con una declaración de intenciones naíf y laxa: «El Gobierno sigue con la vía del diálogo». Una insistencia en las palabras que ha fortalecido a los separatistas más radicales hasta el extremo de organizar la batalla campal que tuvo lugar el pasado lunes en Barcelona.

¿Qué clase de socio de Gobierno es éste que pone en solfa la viabilidad de España? ¿Hasta cuándo piensa Pedro Sánchez seguir aferrado al poder a costa de pagar una factura tan alta? El único diálogo posible con los independentistas tiene que venir a través de la ley. Después de lo sucedido a principios de semana, la mejor respuesta posible se circunscribe a una palabra y tres dígitos: artículos 155. Todo lo demás será seguir dándole munición a esa kale borroka de nuevo cuño que conforma los CDR y que ayer llegó a cercar a los Mossos en el interior del Parlament, amén de causar numerosos heridos y cuantiosos daños en el mobiliario urbano.

Quim Torra lo ha dejado claro: quiere un referéndum independentista, y por ende ilegal. Además, pretende que los golpistas presos sean exonerados. Eso, o amenaza con colapsar España. ¿Qué más «evidencias» —Celáa dice que no hay suficientes— necesita el Ejecutivo para decretar el 155? Si Sánchez apoyó a Rajoy en su anterior aplicación, resulta incomprensible que, en una situación aún peor que la de hace un año, se niegue a la norma constitucional y siga, con su inacción, dando alas a las veleidades del independentismo más recalcitrante. La «cuestión de Estado» a la que ha aludido el Gobierno para pedir el apoyo de PP y Ciudadanos no puede puede ser, en ningún caso, prolongar esta disparatada operación diálogo. Si ha de darse algún gran pacto de Estado, que sea para hacer cumplir la ley en Cataluña y sacar adelante las cuentas públicas sin depender de los separatistas en el Congreso de los Diputados.

Lo último en Opinión

Últimas noticias