Sánchez usa la momia de Franco para tapar sus vergüenzas

Sánchez usa la momia de Franco para tapar sus vergüenzas

Pedro Sánchez pretende convertir al dictador Francisco Franco en su salvavidas político. El presidente del Gobierno quiere elevar una densa cortina de humo a costa de la momia del Valle de los Caídos. Cualquier cosa con tal de que no se hable del enfrentamiento civil que ya se da en Cataluña y del que este pasado 1 de octubre tuvimos imágenes que, desgraciadamente, recuerdan más a la violencia incontrolable que dominaba España hace algo menos de un siglo que a una democracia consolidada y estable como, por otra parte, debería ser nuestro país a estas alturas del tiempo histórico en el que vivimos. No obstante, y a pesar de sus intentos de distracción y propaganda, Sánchez no engaña a nadie.

Por mucho que el jefe del Ejecutivo mande a sus más altos cargos al Valle de los Caídos para acelerar la salida de los restos de Francisco Franco, no podrá tapar la desastrosa gestión de su Gobierno en Cataluña. Un Ejecutivo que prometió diálogo con los separatistas a cambio de un puñado de votos y al que éstos han respondido con más violencia que el 1-O de hace un año. Franco es el comodín recurrente del PSOE para tapar las vergüenzas de un gobierno que no se sostiene y en el que varios de sus ‘naipes’ –primero Huerta, luego Montón y ahora Delgado y el astronauta– dejan en el aire la continuidad hasta 2020 sin pasar por las urnas.

Nadie olvidará, ni ahora ni en unas hipotéticas elecciones, el escandaloso Tesisgate. Una deshonra con la que Pedro Sánchez ha conseguido el dudoso honor de aparecer en los periódicos de todo el mundo a partir de las informaciones exclusivas de OKDIARIO en las que se explicaba cómo, por primera vez en la historia de este país, un presidente del Gobierno fusiló la tesis doctoral con la que sacó un cum laude regalado. No sólo eso, sino que dicha tesis estaba elaborada en gran parte por tres negros y, a pesar de ello, le sirvió para dar clases como el supuesto experto en Economía que no es.

Por no hablar del caso de Pedro Duque, también descubierto por este periódico y que sitúa otro escándalo insostenible en el seno de un Gobierno socialista que, antes de constituirse como tal, completó una moción de censura contra Mariano Rajoy basándose en la teórica «ejemplaridad» como justificación y base de un movimiento político que los llevó a La Moncloa sin pasar por las urnas. Acuciados por la realidad de su incapacidad gestora y por la total falta de ética en la vida pública, tanto Pedro Sánchez como sus asesores tratan de que el dictador Francisco Franco y el Valle de los Caídos les den un respiro en forma de cortina de humo. Demasiado tarde, ya no engañan a nadie. Los españoles darán buena cuenta de un Gobierno que ha sido fake desde el primer día. Sin ir más lejos, tienen ya dos ministros dimitidos, otra reprobada y si tuvieran un mínimo de decencia política, Pedro Duque tampoco seguiría en el cargo. Tarde o temprano llegarán las urnas y, ahí, no habrá Franco ni argucia que les dé una segunda oportunidad.

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