La ética (inmoral) en la política en España

La ética (inmoral) en la política en España

No difundir una tesis doctoral al llegar a la Presidencia del Gobierno es un problema ético, de transparencia, no de legalidad. España tiene muchos problemas entre los que no es el menor la ausencia de moral en los comportamientos de sus políticos. La picaresca, la mentira, el nepotismo, están instalados como señas de identidad de la práctica diaria. Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias y otros políticos mienten con la seguridad de que eso es lo normal en sus cargos. Lo que en otros países supondría la dimisión y expulsión de la vida política, aquí conduce a la Presidencia del Gobierno o a dirigir su partido político.

Hoy sigue habiendo aspectos opacos del doctorado de Sánchez. La Universidad Camilo José Cela creó su Escuela de doctorado en el año 2012, el mismo año que se examinó Pedro Sánchez. Según la misma, Sánchez había hecho sus dos años —mínimo exigible— de doctorando en la Universidad Complutense, que exige presencia física en los mismos, por lo que debió compatibilizarlos con su tarea de concejal en Madrid o de diputado nacional. Seguro que la UCJC cuenta con el certificado de la Complutense sobre esos dos años de doctorando de Sánchez, que solo son válidos en el plazo máximo de tres a cinco años después de haberlos concluido para leer y doctorarse. Si no fuera así, Pedro Sánchez y la UCJC tendrían un problema.

Tampoco está nada claro el asunto del máster y la carrera de Pablo Casado, más allá de lo que diga la justicia, por el comportamiento ético que le es exigible a todos los políticos. Solo hay que comparar los años en los que sus estudios no progresaban con el acelerón cuando ocupó cargos políticos, para inferir que fue posible por la influencia del PP en los organismos donde estudió, como el doctorado de Pedro Sánchez no es ajeno a la dirección socialista de la UCJC, o que Pablo Iglesias fuera elegido profesor interino de la Universidad Complutense no es ajeno a su vinculación entonces con miembros de Izquierda Unida en la universidad. Tenemos una clase política que no es ejemplar en el esfuerzo, ninguno estudió compatibilizándolo con trabajos temporales —como muchos estudiantes—, todos ellos hijos de personas de la clase media alta, privilegiados hijos de papá que están donde están por el impulso de amigos, conocidos o de partidos políticos, con independencia de sus méritos, dedicación, esfuerzos y conocimientos.

¿Cómo se puede estar en política si siendo un joven sin trabajo pagas 50.000 euros por una vivienda subvencionada del Estado, que nadie sabe por qué te toca a ti —¿o sí?—, y que vendes y especulas con ella? ¿Cómo puedes hablar de ejemplaridad si un amigo de la Universidad de Málaga te encarga un estudio sobre un área en que nunca has tenido ninguna actividad y te paga decenas de miles de euros por hacerlo? ¿Cómo se puede pretender dar lecciones de honradez a diario cuando has tenido sin dar de alta en la seguridad social a un asistente personal? ¿Cómo se puede pretender coherencia desde un chalet de 600.000 euros, habiendo criminalizado antes a quienes lo habitaran, o habiendo cobrado dinero de Venezuela en un organismo como CEPS? ¿Cómo se pueden defender la libertad y los derechos en una democracia occidental cuando la plataforma de TV desde la que hablas —y por la que cobras— es de un régimen islámico que obliga a las mujeres a ir con chador y ahorca a los homosexuales? En España sobran y faltan cosas; sobran trampas y políticos corruptos; faltan políticos decentes y másteres de honradez.

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