Iglesias y Torra chulean a Sánchez

Nadie pudo imaginar que el futuro se iría al garete cuando un par de vende patrias, o/y traidores, cruzaron sonrisas con el fatuo okupa de la Moncloa, mientras le estrechaban la mano. En sus respectivas visitas a palacio, tanto el títere de Puigdemont, primero, como el sicario de Maduro, después, se chotearon sin cortarse del Presidente Sánchez, sacándole cuanto se habían propuesto sacarle, a sabiendas de que el anfitrión no iba a convocar elecciones porque su fantasía consiste en perpetuarse en el poder.

La cobardía de Sánchez, fosilizada en esa triste noticia que él viene siendo, salió orgullosa de ambos encuentros, tras haber recibido con los máximos honores al golpista del lazo, el mismo nazi que canta a los cuatro vientos que los españoles hablan el idioma de las bestias salvajes. Pocas agallas debe tener aquel monclovita blandengue para no impedir la entrada a palacio a un peligroso incendiario, y reo, supremacista. Nunca antes España cayó tanto por culpa de un idiota. en el escalafón de las Naciones consideradas históricas.

La siguiente tremenda bajada de calzones que escenificó Sánchez, fue el jueves pasado, cuando se abrazó, como una llama a un tronco, con otro socio fraternal, el Ché de todo a cien, su otro peor enemigo, de tener en cuenta al de la fiebre amarilla. Está visto que el necio no distingue entre amistades y enemistades. A lo que íbamos, Iglesias le
sacó a Sánchez hasta el callejón de Cuenca. Así que, de ahora en adelante, nuestra tambaleante economía depende de los caprichos y de la demencia de un leninista que lo único que busca es robar. El Ché de llavero se la ha dado con queso a un estúpido presidente que acepta lo que sea para no salir de la Moncloa.

El Gobierno anda en manos de un infradotado llamado Sánchez que, con tal de seguir siendo presidente, autoriza a que unos reconocidos estafadores le chuleen.